"Es increíble la cantidad de plata que puede llegar a gastar una familia en la fiesta de casamiento (...) Los pobres, las clases populares, suelen ser más espontáneos. Un asado, una comilona, baile en patios improvisados y mucho alcohol y canciones hasta la madrugada. Las clases medias y altas, en cambio, se fueron perfeccionando en los esquemas festivos hasta sacarle a la fiesta absolutamente toda posibilidad de riesgo y repentinización. Es decir que la fiesta, la celebración de lo espontáneo, es algo que no sólo no existe sino que se combate. La fiesta ya no está en ningún lado", dice Fabián Casas en Titanes del coco.
Francamente no me considero un "amargado", pero creo que en eso tiene bastante razón: el carnaval carioca pe pe pe pe pe pe; el trencito de la alegría comandado por el tío borracho que va de mesa en mesa; los amigos del novio haciendo un scrum con la corbata usada a modo de vincha; la pantalla de rigor mostrando fotos musicalizadas con imágenes de cada uno cuando era bebé, del novio con el pelo largo vestido de hippie, de la novia en biquini con sus amigas cuando era adolescente; el vals... ¿Cómo puede una fiesta, que en teoría debería ser el paradigma de la diversión espontánea, ser organizada por "wedding planners"?
Y hay caraduras que te "invitan"a estos monumentos a la joda previo pago de la "Tarjeta invitación".
ResponderBorrarJeje, gracias por pasar estimado!
BorrarAdhiero con las dos manos.
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