El olvido de la etimología es
esencial para el diálogo: uno dice
"náusea" y no se refiere a una nave. Uno se "marea" en el
micro o en el auto. Dar la mano
significaba mostrar que uno no llevaba armas. En ese sentido tiene razón Borges
cuando sugiere, mitad en broma y mitad en serio, que la etimología indica lo
que las palabras ya NO significan. Criticando a su despreciado Ortega y Gasset, nos dice:
"Un diccionario etimológico no es la llave de la verdad. Nadie cree que un pontífice sea un pontonero, ni que un políglota tenga muchas gargantas. La etimología revela lo que las palabras ya no significan" (Bioy Casares, Borges, domingo 13 de septiembre de 1959).
Sin embargo, la etimología nos ayuda a entender que tal vez lo
contrario del amor no es la ceguera, sino justamente la envidia. Sabemos que
envidiar a alguien implica “no verlo”.
En cierto modo, enamorarse de una
persona es verla como la ve Dios. El amor, más que ciego, es ilusorio. Se supone
que Dios ve a cada hormiga y a cada hombre como si fueran seres singulares. Para nosotros una hormiga es todas las hormigas.
En su poema Al triste, nos dice
Borges: "una sola persona es tu cuidado, IGUAL A LAS DEMÁS, pero que es
ella". Es la misma idea, ¿no? Y en Amorosa anticipación, se expresa esa
idea de la visión de Dios:
"Ni la intimidad de tu frente
clara como una fiesta
ni la costumbre de tu cuerpo, aún
misterioso y tácito y de niña,
ni la sucesión de tu vida asumiendo
palabras o silencios
serán favor tan misterioso
como el mirar tu sueño implicado
en la vigilia de mis brazos.
Virgen milagrosamente otra vez por
la virtud absolutoria del sueño,
quieta y resplandeciente como una
dicha que la memoria elige,
me darás esa orilla de tu vida que
tú misma no tienes,
Arrojado a quietud
divisaré esa playa última de tu ser
y te veré por vez primera, quizá,
como Dios ha de verte,
desbaratada la ficción del Tiempo
sin el amor, sin mí".
"Y te veré por vez primera, quizá, COMO DIOS HA DE VERTE". La mina o el tipo que te gustan son esencialmente tan pelotudos o
admirables como cualquiera, sin embargo el enamorado observa virtudes que los
demás no pueden ver.
Me gusta mucho cuando Borges dice “serán
favor tan misterioso/como mirar tu sueño implicado/en la vigilia de mis brazos”.
Me recuerda a mi querido Luis Alberto Spinetta y su “sueña un sueño despacito
entre mis manos/hasta que por la ventana suba el sol”.
No me lo deje afuera al Mario:
ResponderBorrarUna mujer desnuda y en lo oscuro
es una vocación para las manos
para los labios es casi un destino
y para el corazón un despilfarro
una mujer desnuda es un enigma
y siempre es una fiesta descifrarlo.
¡Ménage à trois literario!
Leí poco del amigo Mario. Tengo muchos de sus poemas en un libro todavía cerrado.
BorrarMe ha gustado mucho el paralelismo entre Borges y Spinetta, y más me ha gustado el prefacio sobre la etimología y la reflexión sobre el amor incondicional. Muy bello texto.
ResponderBorrarMuchas gracias Remi!
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