domingo, 16 de agosto de 2015

¿NUNCA TE MIRÓ UNA VACA DE FRENTE?

"Contempla el rebaño que pasta delante tuyo: ignora lo que es el ayer o el hoy, brinca de acá para allá, come, descansa, digiere, vuelve a brincar, y así desde la mañana a la noche, de un día a otro, en una palabra: atado a la inmediatez de su placer y disgusto, en realidad atado a la estaca del momento presente y, por esta razón, sin atisbo alguno de melancolía o hastío. Ver esto se le hace al hombre duro, porque él precisamente se vanagloria de su humanidad frente a la bestia y, sin embargo, fija celosamente su mirada en su felicidad. Porque él en el fondo, únicamente quiere esto: vivir sin hartazgo y sin dolores como el animal, aunque lo quiera sin embargo en vano, porque no lo quiere tal y como lo quiere éste. Así el hombre pregunta al animal: ¿por qué no me hablás de tu felicidad y únicamente me mirás? El animal quiere responderle y decirle: "esto pasa porque siempre olvido lo que quisiera decir". Entonces también se olvidó de esta respuesta y calló, de modo que el hombre se quedó asombrado". (Nietzsche, "Sobre la utilidad y el perjuicio de la historia para la vida", II Intempestiva).




Al decir de Enrique Santos Discépolo: "si yo pudiera como ayer, querer sin presentir"... El animal no siente culpa por el pasado ni temor por el futuro, como si en rigor no supiera que está condenado a morirse, y a tener consciencia de la muerte segura de aquellos a quienes ama.

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