Aquí se puede apreciar una de las escenas de amor más
logradas de la historia de la televisión argentina. Un duelo actoral de la
reputísima madre que lo parió.
La escena da cuenta del amor no correspondido entre "La
Isa" -Marcela Klosterboer- y "Segundo" -Mariano "Imito el
acento marginal re bien" Martínez-. El corazón de alcaucil, el clímax de
semejante obra de arte comienza a partir de los 2 minutos 7 segundos:
Klosterbóster le dice: “dále, sigamos con la clase (?)”. De
más está decir que hasta ese momento eran dos nabos hablando gansadas en el auto,
con lo cual no sé a qué clase se referirá... uno imagina que aprendían
castellano en el asiento delantero, lugar bastante incómodo para leer y
escribir.
Y luego viene la mejor parte: el personaje de Klosterbóster
le pregunta a "Second" si preparó la composición que le pidió; él le
contesta que sí, y ella le pide que se la lea, para que practique su oralidad.
Nuestro héroe toma coraje y decide confesarle su amor a través de la lectura de
un poema propio:
“É rubia ella, y linda…y me ayuda mucho;
porque é buena ella, y todo lo que toca, cambia de coló.
Y tiene un corazón grande ella, y hace latí el mío…
más fuerte; cuando etámo cerca.
No lo sabe ella, pero la amo yo”.
Y la remata con un: “só vó ella, Isa”...
Más allá de que en la televisión, todos los personajes
suelen ser más estúpidos de lo necesario, pesa una fatalidad sobre el
costumbrismo: al prescindir de una idea de composición de lenguajes, se recurre
a dialectos supuestamente marginales o regionales que no son trabajados por el
talento del guionista. Describir a un tigre llenando la página de rugidos no
tiene mucho sentido. El exceso de mímesis revela falta de imaginación y de
invención.
En fin, ¿qué estará haciendo el guionista en este momento, mientras yo me deformo la espalda en la mesa de entradas de Tribunales?
Está pensando un nuevo poema para Martínez... en el baño. >:)
ResponderBorrarAbrazo.
¡Richardinho querido, tanto tiempo! Hasta enero estoy refritando algunos posteos anteriores, como este extraordinario poema producido por una mente privilegiada. ¡Espero que hoy no salgan campeones! Ya está, déjense de joder!!
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