-“Bueno
Charly, ¿qué consejo les darías a los jóvenes que quieren entrar en la droga
para que no lo hagan?”, preguntó Susana Giménez, en tono pedagógico.
Charly
García en primer plano, mirando a cámara: “Chicos,
la droga es como un pasaje de ida en tren, el vagón está lleno y no cabemos, no
se suban, que ya viajamos todos apretados”....
Incomodidad en el estudio, ante la ausencia del buscado mensaje edificante. Tanda y a la vuelta, Charly ya no está.
Incomodidad en el estudio, ante la ausencia del buscado mensaje edificante. Tanda y a la vuelta, Charly ya no está.
Hubo otro
músico maravilloso que emprendió un viaje trágico sin pasaje de vuelta,
devorado por la esquizofrenia y el exceso de alucinógenos: se llamaba Syd
Barrett y fue el líder de Pink Floyd. Afortunadamente, antes de que el “crazy
diamond” deje de brillar, nos regaló varias canciones hermosas, como “Arnold Layne” y “See Emily Play” en su fase solista; o “Matilda mother”,
“Flaming”, “Lucifer Sam”, “The Gnome”, “Chapter 24” , “The Scarecrow” y “Astronomy Domine”...
Las
opiniones son variadas, pero a mi juicio, ThePiper at the Gates of Dawn es
uno de los dos o tres mejores discos de Floyd, junto al inolvidable Dark Side of the Moon.
Fabián
Casas dice que Sgt. Peppers de los Beatles es un clásico, y Piper es su hermano menor:
“Un
hermano menor muy volado, de esos que terminan preocupando a los padres por la
manera de quedarse mirando el techo cuando están en la mesa (…) (Me pasa algo
curioso, si estoy estimulado con hierba o ácido, Piper se vuelve un disco
extraordinario; Peppers, en cambio, es un ácido)”.
Más allá
de la opinión de Casas, considero que se trata de un álbum precioso, que mezcla
la psicodelia pop con cierto espíritu infantil. Dicen que la mayoría de las
canciones fueron compuestas en tiempos felices de Barrett, en los cuales le
sobraban los minutos para fumar hierba y jugar con su guitarra. Entre los temas
que más me gustan de Floyd figura "Matilda Mother", que viene a ser una
tierna evocación de la infancia, pues trata de una madre que le narra cuentos a
su hijo antes de dormir:
Letra: Matilda Mother (Barrett)
There was a king who ruled the land/ His majesty was
in command/ With silver eyes the scarlet eagle/ Showered silver on the people/
Oh mother, tell me more… / Why’d you have to leave me there/ Hanging in my infant
air, waiting/ You only have to read the lines of/ Scribbly black and everything
shines…/ Across the stream with wooden shoes/ Bells to tell the king the news/
A thousand misty riders/ Climb up higher once upon a time/ Wondering and
dreaming/ The words have different meanings/Yes they did... /For all the time
spent in that room/ The doll’s house darkness old perfume/ And fairy stories
held me high/ On clouds of sunlight floating by/ Oh mother, tell me more/ Tell
me more...
Había
una vez un rey que gobernaba la tierra/ Su majestad estaba al mando/ Con ojos
plateados el águila escarlata/ Derramaba plata sobre la gente/ Oh madre,
cuéntame más/ Por qué tenías que abandonarme allí/ Colgado de mi aspecto
infantil, esperando/ Sólo tienes que leer las líneas del/ Garabato negro y todo
brilla/ A través del arroyo con zapatos de madera/ Las campanas anuncian al rey
las noticias/ Miles de brumosos jinetes/ Escalan a lo más alto érase una vez/
Maravillando y soñando/ Las palabras tienen diferentes significados/ Sí, lo
tienen… /Por todo el tiempo transcurrido en esa habitación/ El viejo perfume de
la oscura casa de muñecas/ Y las historias de hadas me mantuvieron en lo alto/
Sobre nubes bajo la luz del sol, flotando/ Oh madre, cuéntame más/ Cuéntame
más...
En "Matilda Mother" hay diversas imágenes derivadas de Cautionary Tales For Children -algo así como “Cuentos con moraleja
para niños”- de Hilaire Belloc.
Hay otros
temas muy lindos, como “The Gnome”, un cuento de hadas; “The Scarecrow”, que recuerda las historias de Worzel
Gummidge. En "Bike”, Barrett se hace amigo
de un ratón: “I know a
mouse and he has not got a house I don’ know why I call him Gerald”.
Cuando era chico, al escuchar el pasaje de "Bike" que habla de una tribu de hombres hechos de pan de jenjibre: "I've got a clan of ginger bread men, Here a man, there a man, lots of gingerbread men", me rompía la cabeza.
Poco después, Syd nos invita a agarrar una pareja de los hombrecitos, que están ahí en el plato. Yo pensaba: "¡chau, qué loco está este muchacho, imagina clanes de tipos de pan de jenjibre!". Un amigo inglés, mucho más tarde, me dijo que en su país era común comer pan de jenjibre hecho con formitas de animales y de personas, así como nosotros comemos los populares "cuernitos".
Según Simon Reynolds, “el antropomorfismo y el animismo (Barrett creía enlos espíritus de los árboles) de las primeras canciones de Pink Floyd se relacionan con una conciencia panteísta común a muchos consumidores de LSD. ‘Dios está en todas las cosas', declaró Paul McCartney en 1967. (…) La facultad del LSD de hacerle ver a uno las cosas con ojos de niño, como por primera vez, constituyó el sacramento químico de un panteísmo renaciente".
Cuando era chico, al escuchar el pasaje de "Bike" que habla de una tribu de hombres hechos de pan de jenjibre: "I've got a clan of ginger bread men, Here a man, there a man, lots of gingerbread men", me rompía la cabeza.
Poco después, Syd nos invita a agarrar una pareja de los hombrecitos, que están ahí en el plato. Yo pensaba: "¡chau, qué loco está este muchacho, imagina clanes de tipos de pan de jenjibre!". Un amigo inglés, mucho más tarde, me dijo que en su país era común comer pan de jenjibre hecho con formitas de animales y de personas, así como nosotros comemos los populares "cuernitos".
Según Simon Reynolds, “el antropomorfismo y el animismo (Barrett creía enlos espíritus de los árboles) de las primeras canciones de Pink Floyd se relacionan con una conciencia panteísta común a muchos consumidores de LSD. ‘Dios está en todas las cosas', declaró Paul McCartney en 1967. (…) La facultad del LSD de hacerle ver a uno las cosas con ojos de niño, como por primera vez, constituyó el sacramento químico de un panteísmo renaciente".
El
productor de EMI asignado para laburar con los Floyd fue Norman Smith, quien
había sido sido el ingeniero en jefe de los Beatles hasta Rubber Soul:
"Cuando
miro atrás, me pregunto cómo nos las arreglamos para hacer algo", dice Smith. "Los llamaba después de grabar
una canción, y los hacía pasar a la sala de control para hacerles mis sugerencias.
Sobre todo a Syd, que era el pilar, el compositor: él era quien alimentaba el
ambiente psicodélico en el grupo. Cuando le sugería algo, que probara tal cosa
o tal otra, que hicieran otra toma en el estudio, me decía: Sí, está bien. Y se
metían de nuevo en el estudio. Volvía a hacer exactamente lo mismo, y los demás
también, haciendo caso omiso de mis sugerencias. Fue un verdadero infierno. No
hay recuerdos agradables. Siempre me iba con un dolor de cabeza. Syd era
indisciplinado y nunca cantaba lo mismo dos veces. Tratar de hablar con él era
como hablar con una pared, porque su cara no tenía expresión. Sus letras eran
infantiles. Era un niño de alguna manera, pasaba de la euforia a la
depresión".
El puente
que ayudó a Smith a controlar mínimamente al díscolo Barrett fue el ingeniero
de sonido Peter Bown, quien llegó a establecer una gran amistad con el gran
fumeta.
Para
terminar, y aunque no tenga tanto que ver con el título del post, pero sí con el contexto de época, los dejo con
otro temazo de la época: “White Rabbit”, de Jefferson Airplane, inspirado
en Alicia en el País de las
Maravillas de Lewis Carroll.
¡Sean felices!
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