sábado, 30 de abril de 2016

EL JARDÍN DE LOS SENDEROS QUE SE BIFURCAN

Un camino muy interesante para adentrarse en el universo literario consiste  en leer a los autores admirados por los autores que vos admirás. Te gusta James Joyce y entonces lees a Oscar Wilde, Dickens, Jonathan Swift. Porque te gusta Bukowski te fijás si te atraen los libros de John Fante. Don Abelardo Castillo te puede llevar a leer a Poe, Dostoievski, Tólstoi, Borges, Kafka y Roberto Arlt. O te gusta Borges, ergo lees a Chesterton, Stevenson y Dante Alighieri… Como leí a Pablo Ramos, luego leo a Raymond Carver, John Cheever o Isaac Bábel. De esa manera construís una "familia espiritual" que te ayuda en los momentos de soledad. Además existen autores que te permiten "limpiarte" de la prosa de otro autor: si leíste mucho a Faulkner, es recomendable que leas a Hemingway; si lees la prosa "minimalista" de Raymond Carver, te viene bien complementarla con la escritura "verbosa y derrochona" de David Foster Wallace.

SI ME DEJÁS QUE TE TOQUE LAS TETAS TE REGALO MI SÁNDWICH

Hernán Casciari narra cómo, cuando tenía siete u ocho años, alguien en el recreo del colegio se dio cuenta de algo: “mirá gordo, tenés tetas, podés tocar una teta cuando quieras”. 

Incluso un compañero le propuso darle su sándwich a cambio de que se dejase tocar.

“Ése es el momento donde tenés que ser comediante o víctima”, nos dice Casciari: “O te dejás manosear diez años enteros en el baño, o respondés con cierta velocidad y te convertís en otra cosa. Yo le dije: ‘si me traés albóndigas, te dejo que me agarres el pito’”. 

El compañero se mató de la risa, partió el sándwich, le convidó la mitad y a partir de ahí se hicieron amigos.

Tanto el pibe que encuentra rápido la respuesta adecuada, como el que no la encuentra y termina el resto de sus días manoseado en el baño, son conscientes de estar viviendo un momento bisagra. Saberse gordo y saberse feo ayudó a que Casciari desarrollara su talento como escritor. La prosa coloquial de Casciari es hija de la pereza y de la necesidad, y sin embargo me parece que sus obras son muy entretenidas, están muy bien escritas y tienen una mirada oblicua que a veces te deja pensando. Se trata de un tipo "querible", de un "mentiroso sincero", que toda su vida trabajó para tratar de vivir sin trabajar. Yo no creo que Casciari sea escrito por sus lectores, sino que escribe como si estuviera hablándole a sus amigos de toda la vida.

Roberto Bolaño, por su parte, asociaba la experiencia literaria a la valentía:


“La literatura se parece mucho a las peleas de los samuráis, pero un samurái no pelea contra un samurái: pelea contra un monstruo. Generalmente sabe, además, que va a ser derrotado. Tener el valor, sabiendo previamente que vas a ser derrotado, y salir a pelear: eso es la literatura”.

Para Bolaño, el auténtico poeta puede soportarlo todo. El escritor cobarde, el "escribiente", suele ser alguien ansioso de buscar y encontrar “respetabilidad”. El afán de respetabilidad termina siendo un pesado lastre para cualquier escritor.

martes, 26 de abril de 2016

ES DIFÍCIL NO AMAR LA MÚSICA DE CHARLES MINGUS

En estos últimos días estoy tratando de hacerme un espacio para escribir algo potable. Me siento casi culpable cuando no escribo nada. Por estos días estoy escuchando mucho al gran Charles, leyendo a David Foster Wallace y a mi amado James Joyce. Sé que es difícil "amar" la obra de Joyce, pero si lo intentan les juro que se puede. De este músico del carajo prefiero no decirles nada: si tienen ganas escuchen este temazo.