viernes, 30 de enero de 2015

CULTURA Y VIDA COTIDIANA

Los grandes artistas suelen aspirar a la trascendencia, padeciendo ese “duro deseo de durar” -le dur désir de durer, al decir de Paul Éluard- , que los impulsa a darlo todo en su afán por legarle al mundo obras de arte perdurables.

Mi vieja, una de las personas que más quiero en el mundo, se ha pasado la vida regalando un amor infinito a su esposo, sus hijos, sus nietos, sus amigos… Ni se me cruza por la mente pensar que su vida, cuando ya no la tenga, habrá sido en vano por no haber dejado obra. Bah, hace un tiempo se le dio por aprender pintura, pero cada cuadro que me fue mostrando era más fiero que el anterior.


La filósofa alemana Hanna Arendt, cuyos estudios antropológicos analizaron las categorías de “trabajo” (work) y “obra” (labor), decía que en la cima de toda actividad humana están los actos. Una vida sin actos, y no una vida sin obras, no podría ser considerada humana, ya que no sería vivida entre seres humanos.

Tenía ganas de escribir este posteo, que es una vindicación de mi vieja (?), para matizar lo que puse hace un tiempo en referencia a la importancia de los clásicos.

Cuenta Todorov que Thomas Jefferson, futuro presidente de los Estados Unidos, se había hecho construir una hermosa mansión en Virginia. Parece ser que el diseño, a cargo del propio Jefferson, permitía evitar toda clase de contacto entre el orden material y el espiritual:

“Sirvientes y cocineros, mujeres y niños no coincidían nunca con los hombres que visitaban al propietario; éstos podían así conversar cómodamente de política, arte o filosofía sin sufrir interrupciones. Incluso la comida les llegaba a la mesa mediante un ingenioso sistema de bandejas giratorias, de modo que los sirvientes no compareciesen nunca ante ellos… Por mi parte, y quizá porque mi educación inicial tuvo lugar en un país desesperadamente plebeyo –aquí Todorov alude a su Bulgaria natal-, yo opto por un ideal de continuidad armoniosa entre lo material y lo espiritual antes que por ese ideal aristocrático que separa lo elevado de lo vulgar”.

Hay filósofos o pensadores que deducen la esencia del arte a partir de unas cuantas obras, condenando al resto a la mediocridad. De esta manera, la poesía, la música, la pintura o el cine canonizados son las que sirven de base a las demás artes. Esta concepción minusvalora el arte indumentario o paisajístico, el caligráfico, la cerámica, la ceremonia del té o el arreglo floral.

“Más lo bello desborda las convenciones: esa tradición romántica y maniquea, que exige que santifiquemos el arte y despreciemos lo cotidiano, es más pobre, en este aspecto, que la tradición del extremo oriente, que descubre belleza en los más humildes gestos, en el modo de envolver un paquete, en el amoblamiento de una estancia, en el arreglo de un jardín o un ramillete”.


Está claro que lo cotidiano puede ser aburrido e incluso atroz. Sin embargo, el elogio de lo cotidiano al que me refiero se relaciona con aceptar la vida en toda su riqueza. Como bien sugiere Todorov:


“(…) el maniqueo privilegia lo espiritual en detrimento de lo material, e incita a valorar al Hombre más que a los hombres, prefiere abstracciones antes que las relaciones particulares entre individuos. El ejemplo quizá más evidente de este tipo de opciones maniqueas, porque en verdad hay muchos, es el rechazo a criar niños, o a otorgarle a esta actividad alguna clase de valor. Quien dice ‘criar niños’ dice, en efecto, al tiempo: no olvidar nunca lo material (la alimentación, la temperatura, la higiene), ni el individuo singular que se tiene ante sí (es inútil soltarle un discurso abstracto sobre la infancia).

Lo contrario del maniqueísmo no consiste en elogiar el cuerpo en detrimento del intelecto, ni en elogiar el intercambio social concreto contra la abstracción, sino en rechazar su aislamiento, y la exclusión de los unos en beneficio de los otros. No es decir por un lado los aristócratas (del pensamiento), y por el otro los esclavos (de la carne), sino anhelar para todos la posibilidad de una vida mental alimentada por el contacto con la materia y la interacción con los demás”.



En fin, hoy tenía ganas de escribir esto, porque pensaba  que tanta sobredosis de George Steiner no me puede hacer olvidar la actividad esencial de personas que no serán Ludwig van Beethoven o Friedrich Nietzsche, pero son como mi vieja, y eso para mí es decir muchísimo.

jueves, 22 de enero de 2015

MI HUMILDE VISIÓN RESPECTO DE LA MUERTE DE NISMAN

Trataré de ser lo más prudente posible. En primer lugar, la denuncia no deja de ser muy impactante: el fiscal Nisman acusó a la presidenta y al canciller de encubrir el atentado terrorista más grave de la historia argentina. Su muerte es, desde el punto de vista político, otro shock no menos impactante. No importa qué tan seria o qué tan floja sea su denuncia; luego de su fallecimiento, los diarios del mundo dirán que “apareció muerto el fiscal que acusó a la presidenta CFK y al gobierno de encubrir un atentado terrorista”.

Por supuesto que es muy triste que muera un ser humano primero, y un padre de familia después. No analizo el “lado humano” porque no da lugar a ninguna discusión: en eso estaremos todos de acuerdo, más allá del triste “caranchismo político” al que será sometido públicamente.

Arriesgo que la denuncia me parece, sin ser un experto (no tengo buena formación jurídica), muy poco seria: está todo pegado con moco, las lagunas están completadas con artículos periodísticos, faltan pruebas concluyentes que apoyen la acusación, etc. Acá la tienen si la quieren leer. El dato de la realidad es que la mayoría del pueblo NO LA VA A LEER (tampoco tenemos competencia ni datos como para interpretarla seriamente), y se quedará con la noticia central: murió la persona que investigaba al gobierno. La denuncia será interpretada por los medios y al pueblo le llegará lo que lee, escucha y mira por televisión, diarios, en la calle y en la cola de la verdulería. Casi todos interpretarán, verán y escucharán LO QUE TENGAN GANAS DE INTERPRETAR, VER Y ESCUCHAR.

Aunque parezca una pavada, “vemos” interpretaciones todo el tiempo: un socialista ve en un desocupado alguien  que necesita ayuda; en cambio una persona de derecha tiende a ver, en un desocupado, a alguien que “no tiene ganas de laburar”. Si no me creen que "vemos" interpretaciones, siéntense a mirar un partido de fútbol con dos amigos y luego discutan lo que vieron. Ojo, ¡no estoy negando que existan hechos!

En fin, lo cierto es que la muerte del fiscal no modifica la denuncia, pero sí la manera en que los argentinos interpretaremos el caso.

Hago una síntesis a vuelo de pájaro de los hechos, lo más “objetiva” (o lo menos subjetiva) posible:

El fiscal Nisman presentó su denuncia en un tribunal de justicia ante la doctora María Servini de Cubría. La jueza decidió no abrir la feria porque consideró que no había elementos probatorios. Lo extraño es que Nisman estaba de vacaciones con su hija, y tenía previsto quedarse hasta fines de febrero. Como consecuencia de su propia denuncia, adelanta su regreso y el 13 de febrero presenta la denuncia, sin consultarlo con el juez titular de la causa (Canicoba Corral).

Recordemos que cuando Nisman pidió la captura de nueve iraníes acusados por el atentado, Canicoba firmó la orden de captura, pero le dijo que debía profundizar la investigación sobre esas personas, porque lo que había presentado (para que Canicoba se lo firmara) se basaba únicamente en informes de inteligencia, y no en pruebas de validez judicial. Además le dijo que investigara la pista siria y la conexión local. Según Canicoba, Nisman no hizo ninguna de esas tres cosas: ni profundizó su investigación sobre los iraníes, ni investigó la conexión local ni la pista siria.

El argumento central de Nisman, para validar su denuncia, fue que el encubrimiento consistió en un canje de impunidad a cambio de relaciones políticas y comerciales entre Irán y el gobierno. La impunidad consistiría, según Nisman, en el levantamiento de las órdenes de captura internacional (“alertas rojas”). El ex director de Interpol, Ronald Noble, declaró que el gobierno nunca solicitó retirar los pedidos de captura para los funcionarios iraníes, y que el “Memorándum de entendimiento fue un intento de destrabar la causa”. En  lo personal creo que el memorando terminó siendo ineficaz, pero no quiero desviarme. Lo digo de una vez: esa denuncia es más enclenque que la defensa de Boca. 

El gobierno argentino hizo todas las gestiones necesarias para que NO se levantaran las alertas rojas. La situación del fiscal había quedado muy endeble, porque: a) hizo una acusación de extrema gravedad sin avisarle al juez de la causa (quien se lo reprochó públicamente); b) la presentó en un juzgado que él eligió y no donde correspondía; c) Interpol confirmó que en ningún momento funcionarios del Gobierno le pidieron que bajara de sus prioridades el pedido de captura de un grupo de funcionarios o ex funcionarios iraníes buscados por el atentado, etc. El juez Canicoba dijo que si la denuncia tenía que ver con el Atentado a la Amia se la tenía que presentar a él, que es el titular.  Si en cambio presentaba hechos nuevos, debería haberla enviado a la Cámara Federal para que la mandara a sorteo.  El sorteo se hace para impedir que cada uno elija el juez que a uno le gusta. 

En cambio, Nisman manda la denuncia al juzgado que estaba interinamente a cargo de Servini de Cubría. El titular del juzgado no es Servini sino Ariel Lijo, quien luego de la muerte de Nisman tuvo que acortar sus propias vacaciones y ponerse a trabajar en la investigación. Lijo ordenó una serie de medidas para preservar las pruebas presentadas por Nisman. A su vez, el juez Lijo fue quien investigó el encubrimiento en el primer tramo de la causa, y fue estrecho colaborador de la doctora Luisa Riva Aramayo. Acá y acá tienen algo de info respecto de quién fue Riva Aramayo.

¿Por qué Nisman eligió el juzgado de Lijo? Porque Lijo investigaba el encubrimiento. Lo extraño es que Lijo investigaba el encubrimiento DEL INICIO DEL ATENTADO: del juez Galeano, del Fino Palacios (Macri, ¡teléfono!), etc.  Por eso Canicoba le dijo algo que cualquier juez debe saber, ya que se trata del procedimiento legal: o me presentás la denuncia a mí, que soy el titular, o si tenés nuevas evidencias la causa va a sorteo. Eso ya lo había dicho pero lo digo de nuevo porque soy de Boca y me la re aguanto (?)

Luego de conocerse la denuncia, la diputada Bullrich, el diputado Pinedo y otros lo invitan a exponer en el Congreso. Todo esto se complica, claro está, por el inminente proceso electoral. El tema es que en el Congreso, el kirchnerismo es mayoría. El oficialismo, por supuesto, decide asistir a la reunión y  declara que a Nisman le van a hacer preguntas. No es para nada sorprendente: Nisman acusa al gobierno, y a la presidenta, nada menos que de encubrir un atentado terrorista. Te quiero ver a vos si no le pedirías explicaciones a la persona que te acusa de encubrir un atentado terrorista.

La cuestión se complica porque Nisman no obtuvo ni siquiera el apoyo mayoritario de  la dirigencia de la Amia y de la Daia. El fiscal les pide apoyo público en su denuncia, y la mayoría se lo niega. La negativa, probablemente, se deba a que lo ofrecido como elemento probatorio es muy endeble e inconsistente.

Tampoco había elementos probatorios concluyentes en la presentación que Nisman había hecho respecto de los nueve iraníes acusados, sino que casi todo se basaba en informes de inteligencia: de Estados Unidos, Israel, Alemania, etc.

Ese es otro dato de la realidad: la falta de independencia que Nisman tenía al investigar el atentado, respecto de la Embajada estadounidense, por ejemplo. Eso lo cuenta Santiago O'Donnell gracias a su acceso a los cables de wikileaks: pinchar acá.

A uno le suena extraño que la denuncia sea presentada poco después del atentado en Francia, y luego de la decisión de CFK de echar a “Jaime” Stiuso. La Nación se preguntaba, poco antes de que lo rajen:

"¿Puede Cristina echarlo con la misma facilidad con la que se desprendió de Héctor Icazuriaga y Francisco Larcher, los viejos jefes de La Casa? Hasta ayer, no había respuesta oficial. Trascendió apenas que podían "castigarlo" quitándole el cargo de director. Como si el título fuera lo importante".

Pues bien, CFK lo terminó rajando.

Y acá existe un tema que es necesario destacar. La relación entre los servicios de inteligencia y algunos jueces y fiscales es, cuantimenos, promiscua. Esa relación viene de la dictadura y se acentúa en 1989, durante el gobierno de Menem. El kirchnerismo es responsable, como mínimo, de no haber modificado esa relación.

La función de los servicios de inteligencia es la seguridad del Estado. Los auxiliares de los fiscales no deben ser los servicios de inteligencia sino la policía. No debe existir contacto directo entre jueces y los servicios de inteligencia. Los servicios de inteligencia dependen del Poder Ejecutivo y deben trabajar para el Ejecutivo.

Al respecto, rescato no tanto el artículo entero, pero sí el siguiente fragmento de Enrique Peruzzotti:

“No solamente no se emprendió una re-estructuración democrática de esas instituciones, sino que fueron utilizadas por parte de las autoridades para realizar, como en la dictadura, espionaje interno, actividad que no está ya apañada por los lineamientos de la doctrina de seguridad nacional, sino por un más prosaico interés de asegurar la lealtad de ciertos funcionarios o de monitorear las actividades de movimientos y políticos opositores.

Es imperativo retomar la senda decidida por la sociedad argentina con el Nunca Más. Las amenazas al Estado de Derecho en la actualidad difieren en parte de aquellas que una naciente democracia enfrentaba en las postrimerías de una feroz dictadura. Pero sus lineamientos deben de ser los mismos: sólo un sólido Estado de Derecho podrá garantizar los derechos humanos de sus habitantes”.

¡Ojo! El próximo gobierno, sea del signo que sea, tendrá que gobernar con estos servicios de inteligencia, con esta justicia y con estos medios de comunicación. No será una tarea sencilla. Decir que la relación entre la justicia y los servicios es promiscua no equivale a negar que romper ese vínculo será una tarea titánica.

Ni me gasto en añadir mucho respecto de la patética conferencia de prensa de Macri, ni de la querella que quiere presentar Massa... El comportamiento de la oposición me sigue pareciendo, en términos generales, un verdadero desastre.

En fin, no quiero agregar mucho más porque todavía esto es un embrollo, la justicia está investigando y tampoco tengo data que no pueda buscar cualquiera si tiene ganas de tratar de entender un poco. Creo que entender el "minuto a minuto" no ayuda en nada, sino que fomenta la conspiranoia. Prefiero la prudencia. Sólo me parecía que hacer una síntesis extrema de los sucesos ayudaba a clarificar. Si alguien quiere complejizar esta síntesis, para eso están los comentarios.


Addenda: constituye un material de discusión el "talento" del kirchnerismo para elegir algunos colaboradores: Cobos, Redrado, Lousteau, el propio Nisman. Se puede argumentar que siempre, en todo gobierno, existen pujas, traiciones y peleas internas por el poder. Sin embargo, ese argumento no me convence demasiado. 

Otra cuestión: la forma en que CFK comunica su opinión respecto de los últimos acontecimientos es realmente pobre. Arrojar hipótesis sobre el suicidio o no suicidio del fiscal, cuando la investigación no está terminada, es una irresponsabilidad (aparte de ser inconstitucional). Se entiende que los periodistas y operadores políticos lo hagan, porque hace rato que perdieron la vergüenza, pero yo a la presidenta le pido más. Tampoco me sorprende que lo haga una delirante como Lilita Carrió.

La Constitución Nacional dice:


Artículo 109.- En ningún caso el presidente de la Nación puede ejercer funciones judiciales, arrogarse el conocimiento de causas pendientes o restablecer las fenecidas.

Además, en lugar de hablarle al pueblo (sus representados), pareciera que le habla sólo a "los propios". La elección del "facebook" en lugar de usar la cadena nacional también parece desacertada.

Post Scriptum: consulté por twitter a Gustavo Maurino y, escuetamente (es twitter) me dijo que "Zaffaroni está en un error, la denuncia es seria, consistente, fundada, y sí constituye un delito". Para bien de la pluralidad, me parecía importante incorporar una voz disidente. Recuerden que mi formación jurídica es muy pobre.


¡Sean felices! ¡Abrazo de gol!

sábado, 17 de enero de 2015

EL RACISMO Y EL ANTIRRACISMO SEGÚN TZVETAN TODOROV

En mayo de 1987, el gobierno francés inició un proceso público contra un antiguo nazi llamado Klaus Barbie, para recordar a las nuevas generaciones los horrores del nazismo. El 13 de junio de ese mismo año, un obrero tunecino fue golpeado hasta la muerte en las calles de Niza. Sus agresores no mostraron remordimientos: “Somos racistas, no nos gustan los árabes”. El padre de uno de los purretes, con gran ternura y amor filial (?), declaró que “comprendía y aprobaba los móviles de su hijo”.

Menos de un año después del proceso Barbie, cerca de 4 millones de franceses (15%) le dio su voto a la extrema derecha, que preconiza valores cercanos al nazismo. Habrá que ver qué pasará en estos días con esa misma derecha, luego del asesinato de los humoristas del semanario satírico Charlie Hebdo. No sería nada raro que su popularidad crezca, por aquello de que el fascista suele ser "un burgués asustado".

Pese a que el racismo y la xenofobia están, con justicia, muy mal vistos en cierta porción de la población  francesa, Todorov recuerda que no faltan analistas con cierta tendencia a disminuir la importancia del fenómeno como una manifestación algo perversa de la inexorable expansión del individualismo democrático, victoria de una era de hedonismo y globalización. Según Gilles Lipovetsky: “¿Por qué no iba a existir en la sociedad de la híper-elección, toda una gama existencial de intransigencias religiosas, el baluarte del más estricto tradicionalismo?”. (1)

“Así, el extremismo religioso o racista será tan sólo un producto más en el ‘hipermercado de los estilos de vida’. El mero hecho de poder elegirlo probaría lo bien fundado de nuestras libertades, no una situación de dependencia. Semejante lectura es, a largo plazo, tranquilizadora”.

LOS ANTIRACISTAS

Hipócritas lectores, mis semejantes, mis hermanos: ¿quiénes de ustedes no han escuchado algún conocido, familiar cercano o amigo, proferir discursos del tipo “a mí no me molestan los negros de piel, sino los negros de alma”?

Nos dice Todorov:

“El discurso de los racistas de otra época insistía en las diferencias de las características físicas de los seres humanos entre sí; el imperante en nuestros días sólo reconoce abiertamente la diferencia de orden cultural. ‘No soy racista’, anunciaba Brigitte Bardot, en su recién iniciada cruzada contra los sacrificios de corderos practicados por ciertos musulmanes en Francia. ‘Yo no me fijo en el color de la piel, sino en el alma de la gente’. Finalmente, antaño se aspiraba al sometimiento de otras razas (o a su eliminación, en el caso extremo de Hitler); hoy se quiere su alejamiento, su reenvío a sus países de origen (si no quieren adaptarse a nuestras costumbres que se marchen, prosigue Bardot).”

Casi ningún intelectual se dice racista, pero algunas críticas al antirracismo no parecen muy lejanas al racismo. Uno de los intelectuales más mediáticos de Francia, Philippe Sollers, condenó las “formas colectivas enervantes que puede llegar a adoptar la lucha contra el racismo”. Por su parte, Julien Freund afirmó que los antirracistas envenenan la atmósfera y “realizan una tarea casi tan sucia como la de los racistas” (olvidando que las víctimas del racismo se cuentan hasta el momento por millones, mientras que las del antirracismo se mantienen en un plano metafórico). Para Freund, los antirracistas privilegian a un sector de la población (los emigrantes) en detrimento de otro (los autóctonos), y obstaculizan la “libertad espontánea de los individuos”.

Otra “luminaria francesa”, André Béjin, nos dice que el antirracismo es una máscara de los imperialistas africanos que “codician nuestras tierras”. El amigo André sugiere que los africanos se proponen repoblar Europa occidental. En fin, soy de los que creen que la conspiranoia es una de las hijas preferidas de la estupidez, que a su vez se parece a una mujer extremadamente hermosa y seductora: ninguno de nosotros está exento de dejarse arrastrar por sus encantos.

En síntesis, y para no aburrirlos más, lo que Todorov quiere decirnos es que del antirracismo al racismo hay un paso, que algunos intelectuales, como Alain Danielóu y André Béjin, no dudan en dar. El primero no vacila en recurrir a metáforas médicas:

“’El instinto de rechazo y de eliminación de los híbridos que llamamos racismo es un fenómeno normal de defensa ejercido por el cuerpo social, análogo al rechazo de injertos que experimenta todo cuerpo vivo’; el segundo (Béjin) defiende a los ‘racistas’, quienes en su opinión son simplemente unas personas ‘orgullosas de las superioridades de sus comunidades  étnicas’, y por lo tanto pecan exclusivamente de eurocentrismo, un ‘eurocentrismo natural e incluso sano’”.

La idea es enriquecernos a través de nuestras diferencias, pero siempre primero entre europeos. No hay blancos ni negros, sino grises… pero los grises más oscuros que se queden en su país y no rompan los huevos.

Es útil recurrir a la idea que Todorov tiene del concepto de cultura:

“La cultura tiene una doble función: ‘cognoscitiva’, en el sentido de que nos propone una pre-organización del mundo que nos rodea, un modo de orientarnos en el caos de informaciones que recibimos constantemente para poder avanzar en la búsqueda de lo ‘verdadero’ (la cultura es como el mapa o la maqueta del país que pensamos explorar), y ‘afectiva’, en el sentido de que nos permite percibirnos como entes pertenecientes a un grupo específico, y extraer de ello una confirmación de nuestra existencia.

Mi existencia (es decir, la imagen de mi yo en la conciencia) no es intrínseca a mis propios ojos, sólo puedo recibir su confirmación del exterior, de los otros: ora de los individuos (el niño descubre su propia existencia al captar la mirada de su madre: soy lo que ella mira), ora de lo grupos (soy un alumno, un musulmán,  un francés, luego existo)”.

Por supuesto que la búsqueda del reconocimiento y confirmación de nuestro existir no está limitado a nuestra infancia, sino que domina toda la vida social. No se trata de un atavismo del que uno se pueda desprender como si fuese una prenda pasada de moda.

En medio de esta maraña de información y diversidad de estilos de vida en la que más o menos todos estamos inmersos, dividir el mundo en “nosotros” y “ellos” no implica meramente una perversión personal o una carencia de buenas intenciones. Estigmatizar al “ellos” en función de características físicas o comportamientos sociales o religiosos es el modo más sencillo que tiene el ser humano para orientarse en una sociedad globalizada en donde los demás puntos de referencia han desaparecido. El deseo de simplificación está justificado como forma de economizar pensamiento. Sin embargo, aunque el deseo de simplificación es comprensible, la simplificación puede volverse muy peligrosa. En este video tienen un buen ejemplo de cómo Reza Aslan, un estudioso de las religiones árabes, destruye los mitos nocivos que parte de la sociedad estadounidense -fogoneada por los medios masivos- tiene del mundo árabe.

Termino con una frase que cada tanto me gusta repetir, que le pertenece a un ex profesor mío, Alejandro Kaufman, respecto de los medios y la violencia simbólica:

"La violencia simbólica es una violencia que no es física pero tiene un correlato y consecuencias eventualmente físicas. Y precede a la violencia física. Siempre que va a haber violencia física viene precedida por la violencia simbólica. Nadie se pelea en frío: mojar la oreja, insultar (…) En los colectivos sociales, la violencia no ocurre de repente. Cuando se trata de situaciones de linchamiento, de discriminación, de racismo y de genocidio antes hay una sistemática situación de violencia simbólica que puede durar mucho tiempo (…) Y los derechos humanos están relacionados con combatir la violencia simbólica, porque esta precede a las atrocidades".


Nota:


(1)    Todo lo que está citado entre comillas pertenece a El hombre desplazado, de Tzvetan Todorov, Taurus, 2007 (L’homme dépaysé, 1996). Para quienes no lo conocen, Todorov es un lingüista y pensador búlgaro nacido en Sofía, quien desde 1963 vive en París. Este posteo es un choreo del capítulo 5 y 6 del libro citado. 

lunes, 12 de enero de 2015

EL COMPLOT

En Teoría del complot, Ricardo Piglia nos dice:

"El exceso de información produce un efecto paradojal, lo que no se sabe pasa a ser la clave de la noticia. Lo que no se sabe en un mundo donde todo se sabe obliga a buscar la clave escondida que permita descifrar la realidad. (...) La paranoia, antes de volverse clínica, es una salida a la crisis del sentido".  

Es cierto que a veces el paranoico tiene razón; sin embargo, su acierto no es fruto de una reflexión sesuda o de una trabajosa investigación, sino del azar. El paranoico acierta de puro paranoico de mierda que es.


No es infrecuente que el complot se vuelva la amenaza frente a la cual se legitima el uso indiscriminado del poder.

"Todos conocemos el cliché de las teorías conspirativas como la de la ideología del pobre: cuando los individuos carecen de la capacidad y los recursos de mapeo cognitivo elementales que les permitirían ubicarse en su lugar dentro de la totalidad social, inventan teorías conspirativas que proporcionan un mapeo sustituto, que explica todas las complejidades de la vida social en términos del resultado de una conspiración oculta. Sin embargo, como suele señalar Fredric Jameson, esta crítica ideológica no es suficiente: en el capitalismo globalizado actual, TODOS estamos enfrentados a 'conspiraciones' efectivas (por ejemplo, la destrucción de la red de transportes públicos de Los Ángeles no fue la expresión de la lógica objetiva del capital, sino el resultado de una 'conspiración' explícita de las compañías automotrices y viales y de los organismos públicos (...)" (Zizek)

Termino con otro fragmento de Piglia:

"La diferencia entre tragedia y novela parece estar ligada a un cambio de lugar de la noción de fatalidad: el destino es vivido bajo la forma de una conspiración. Ya no son los dioses los que deciden la suerte, son fuerzas oscuras las que construyen maquinaciones que definen el funcionamiento secreto de lo real".

EL HUMOR Y EL DOLOR

Me pareció interesante, aunque seguramente polémica, una reflexión del humorista Esteban Podetti:


EN LAS TIERRAS DEL ENEMIGO

“Papá, ¿puedo jugar con el abuelo?” 

“Bueno, pero después volvelo a guardar en el cajón”.

El humor es degradación. Trabaja con la degradación de los valores, de las personas, del lenguaje y hasta de la autoestima. Al contrario del poeta, que trata de hacer al mundo más bello de lo que es, la misión del humor es rebajar al mundo a un nivel más bajo posible. ¿Por qué? Porque nos hace reir. Porque recordar que nada es tan sagrado nos produce un alivio y (si insistimos en encontrarle un lado noble) de alguna manera nos hermana.


Lo contrario de la degradación es, justamente, el homenaje. El homenaje y la elegía son el terreno del principal enemigo del humor, que es la solemnidad. Y de sus cultores, los recitadores de discursos y los ensalzadores de los valores y los nobles sentimientos. Porque aunque al humorista le gusta sentirse un filósofo o un revolucionario, en realidad es una especie de pibe medio rompepelotas en la edad del pavo: sus enemigos son el jefe tiránico y el dictador, pero también lo son el héroe, el santo, el poeta, el trabajador, la maestra de grado, la madre abnegada y hasta la víctima: la tarea del humor es encontrar el detalle estúpido en la cruzada más intachable y la tragedia más espantosa. En el camino se ofende a un montón de gente y nuestras abuelas nos quitan el saludo, claro, pero esa es la cruz que carga nuestra tarea.

Que un humorista homenajee a otro humorista es completamente contradictorio; va contra la naturaleza misma de nuestro trabajo. El humorista que se presta a un homenaje ha claudicado. Porque entramos a jugar el juego del enemigo (el juego de la frente surcada de arrugas y las palabras altisonantes), con sus armas, sus estrategias y sus ceremonias. He visto suficientes películas de artes marciales para saber que esto es un grave error. Durante un homenaje, el humorista debería ocuparse de lanzar ingeniosas ironías y, si esto no funciona, imitar al difunto con una voz graciosa, o tal vez bajarse los pantalones y mostrar el culo.

Pero claro, somos humanos. El otro día fueron asesinados humoristas por el hecho de hacer su trabajo (sea a causa del fanatismo o de una diabólica estrategia política pro-OTAN, el tiempo dirá) y que yo recuerde es la primera vez que pasa algo así en la historia de nuestro gremio. Y nuestra primera reacción es “¡Homenaje! ¡Homenaje! ¡Duelo! ¡Elegía! ¡Dibujo de lápiz ensangrentado!”
Atribuyamos esta claudicación al shock y el espanto, pero tratemos de recordar que este no es el orden natural de las cosas: Hemos entrado al reino de los plomos alegremente y entregado las armas, la armadura y el rosquete.

¿Qué puedo decir ante esta derrota? Lo único que debería decir un humorista en estos casos: ¡Patapúfete!

Se dice, con justa razón, que a todos más o menos nos hacen llorar las mismas cosas, pero nos reímos de cosas muy diversas. En lo personal estoy absolutamente convencido de que no es lo mismo el humor del débil hacia el poderoso, que del poderoso hacia el débil. Ok, también es cierto que en este guiso en el que nos estamos cocinando, a veces no resulta muy sencillo distinguir "opresor" de "oprimido". Sin embargo, desde el punto de vista político, no es lo mismo ver a Tinelli riéndose de una jubilada que a un humorista dibujando una sátira acerca de los fondos buitre. La palabra humor, como ocurre con muchas palabras, encierra conceptos densos. Como la palabra "casa" encierra la idea de choza, de tapera, de palacio... 


Lo que dice Podetti no sustituye la necesidad de tratar de entender las causas más profundas del mundo en que vivimos. Sería ridículo pedirle al humor, o al humorista, que resuelva las intrincadas cuestiones políticas que, en mayor o menor medida, nos afectan en tanto ciudadanos. Está claro que el sentido del humor no es un valor absoluto, como no lo es ningún valor humano. Sé que es una trivialidad aclarar esto, aunque en medio de tanta confusión, me parecía pertinente hacerlo.

Luego podremos agregar que el ataque de Boko Haram no recibió, como era de esperar, la misma cobertura mediática. En rigor, podemos agregar muchísimas cosas más.

No he dedicado mucho tiempo a buscar información más o menos seria, ni a reflexionar respecto de estas cuestiones. Puedo decir que me gustó bastante un artículo, de cuyo autor ignoro todo, que habla de la responsabilidad de Europa respecto de los atentados: Leer acá.

Me gustó también un comentario de Raúl C., en éste posteo de Abel Fernández:

Raúl C. dice:

enero 10, 2015 en 19:10

El artículo es impresionante. Gracias por traerlo, Visitante.

– Es increíble cómo, tanto a derecha como a izquierda, se ELUDE analizar de dónde sale el financiamiento y organización de los grupos violentos y del extremismo integrista (que no debe confundirse con el fundamentalismo).

– La derecha elude el tema porque, increíblemente, el régimen de Arabia Saudita, que aplica la forma religiosa más extremista (muchísimo más que Irán, por ejemplo), que es una dictadura de las más férreas del mundo, que aplica leyes medievales, que no permite un solo partido político ni una iglesia… es considerado oficialmente como ‘moderado’ en Medio Oriente y ‘amigo de los EE. UU.’. Lo mismo ocurre con otros países petroleros del Golfo.
Ya es un secreto a voces que el extremismo integrista tiene muchísimo que ver con ellos.
Y que el lobby petrolero saudita tiene enorme influencia en los EE. UU. Es decir, muchos políticos comprados (podría alinearse con los otros dos lobbies poderosos de allá que hacen su voluntad desde hace décadas: el pro-israelí y el anticastrista, aunque este último menos que antes).
No es un detalle menor que los grupos extremistas ‘islámicos’ violentos de ahora tengan en la región ‘los mismos enemigos’ que EE. UU. e Israel. (Y no me pongo a dividir entre buenos y malos, sólo creo que es un hecho de la realidad).

[Fuera de tema: me hace acordar a 1975/76 en Argentina: una violencia ‘peronista’ -Triple A- seguida de una violencia ‘antiperonista’… con *exactamente* los mismos enemigos].

Como dice el artículo, ellos, además de la parte violenta, organizan y financian a los ‘religiosos’ (agentes, bah) que buscan impedir la integración de la población musulmana en los países en los que residen.

– La izquierda elude el tema por un grave error histórico: el simplote esquema que dice ‘los musulmanes/árabes (en realidad confunden todo, porque aquí también entran los persas y quien sea) son los mayores/mejores enemigos de los Estados Unidos’, mientras delante de sus narices el extremismo ‘islámico’ violento y medieval amigo de los EE. UU. hace lo suyo.
También se confunde la izquierda por la confrontación natural con los neonazis como M. Le Pen: consideran que hay que apoyar todo lo que tenga el nombre ‘islámico’ porque ‘los otros’ están en contra.
La simpatía de parte de la izquierda por estas tendencias es una doble tragedia: porque el wahabismo trabaja en contra de todo tipo de islamismo realmente moderado, así como de todo tipo de laicismo, de integración de los pueblos y de progresismo… y además (o quizá por eso), sesgadamente, a favor de intereses globales capitalistas.

Es sumamente difícil ser prudente cuando hay muerte y dolor de por medio. Sin embargo, debo decir que acuerdo con Abel en que me parecen sumamente fastidiosos los comentaristas y "analistas" a quienes se les nota que el tema les importa tres carajos, pero aprovechan para vomitar injurias y resolver sus propias rencillas personales. 

jueves, 8 de enero de 2015

¿PARA QUÉ ESCRIBO?


En primer lugar, tengo que decir que escribo fundamentalmente para que me quieran. Me gusta que me comprendan y hasta que me admiren, como a casi cualquier ser humano, pero disfruto mucho más cuando me siento querido. ¿Por todos mis conocidos? Está claro que no: sería una pretensión absurda. Me interesa que me quieran algunas mujeres, algunos amigos y en especial las personas que respeto y admiro.


En segundo lugar, uno no tiene primero una idea y luego trata de encontrar las palabras para darle forma, sino que va descubriendo lo que tiene para decir mientras se expresa. Muchas veces son las palabras las que conectan los conceptos, y no los conceptos los que relacionan entre sí a las palabras.


Me gusta vivir, y no me considero depresivo ni melancólico. Prefiero tratar de ser feliz antes que de parecer “interesante”. En mí no existe una separación tajante entre “la literatura/filosofía” y “la vida”. Sólo vivo profunda y carnalmente cuando puedo expresar mis vivencias a través de la palabra.


En los grandes escritores casi todo está vivo. En los malos escritores, la palabra nace muerta. Para los escritores mediocres, como es mi caso, la letra muerta y la letra viva se mezclan en proporciones variables.


La vida es demasiado breve para que las palabras sean suficientes, pero demasiado difícil para que prescindamos de ellas. Para mí leer es una adicción, aunque también una forma de felicidad. Podría vivir sin escribir, pero me resulta difícil imaginar qué sería de mi vida sin la lectura.


No siento el deseo de escandalizar, el vértigo de la infamia ni el placer morboso de quienes prefieren ser odiados antes que pasar inadvertidos.


Según el escritor francés Michel Houellebecq, “hay en mí una forma de sinceridad perversa: busco con obstinación, con encarnizamiento, lo que puede haber en mi persona de peor para depositarlo, todo bullicioso, a los pies del público: exactamente como un terrier deposita un conejo o una zapatilla a los pies de su amo. (…) No deseo gustar a pesar de lo que tengo de peor, sino a causa de lo peor que tengo, llego hasta desear que mi peor parte sea lo que se prefiere en mí”.


A mí Houellebecq me parece un buen escritor, pero su persona me da cierto rechazo. Me gusta ser veraz, y que me quieran a pesar de mis defectos; de ningún modo pretendo que los demás deseen o se encariñen con las peores facetas de mi personalidad.


Hago este blog, entre otras cosas, porque tengo la pretensión de ir conociendo personas interesantes que me enriquezcan con sus puntos de vista diversos. Invito a que cualquiera me pueda contradecir con buenos argumentos y evitando la injuria, que es lo que sobra.


Creo que con esto dije más o menos lo esencial.