lunes, 12 de enero de 2015

EL COMPLOT

En Teoría del complot, Ricardo Piglia nos dice:

"El exceso de información produce un efecto paradojal, lo que no se sabe pasa a ser la clave de la noticia. Lo que no se sabe en un mundo donde todo se sabe obliga a buscar la clave escondida que permita descifrar la realidad. (...) La paranoia, antes de volverse clínica, es una salida a la crisis del sentido".  

Es cierto que a veces el paranoico tiene razón; sin embargo, su acierto no es fruto de una reflexión sesuda o de una trabajosa investigación, sino del azar. El paranoico acierta de puro paranoico de mierda que es.


No es infrecuente que el complot se vuelva la amenaza frente a la cual se legitima el uso indiscriminado del poder.

"Todos conocemos el cliché de las teorías conspirativas como la de la ideología del pobre: cuando los individuos carecen de la capacidad y los recursos de mapeo cognitivo elementales que les permitirían ubicarse en su lugar dentro de la totalidad social, inventan teorías conspirativas que proporcionan un mapeo sustituto, que explica todas las complejidades de la vida social en términos del resultado de una conspiración oculta. Sin embargo, como suele señalar Fredric Jameson, esta crítica ideológica no es suficiente: en el capitalismo globalizado actual, TODOS estamos enfrentados a 'conspiraciones' efectivas (por ejemplo, la destrucción de la red de transportes públicos de Los Ángeles no fue la expresión de la lógica objetiva del capital, sino el resultado de una 'conspiración' explícita de las compañías automotrices y viales y de los organismos públicos (...)" (Zizek)

Termino con otro fragmento de Piglia:

"La diferencia entre tragedia y novela parece estar ligada a un cambio de lugar de la noción de fatalidad: el destino es vivido bajo la forma de una conspiración. Ya no son los dioses los que deciden la suerte, son fuerzas oscuras las que construyen maquinaciones que definen el funcionamiento secreto de lo real".

No hay comentarios.:

Publicar un comentario