lunes, 12 de enero de 2015

EL HUMOR Y EL DOLOR

Me pareció interesante, aunque seguramente polémica, una reflexión del humorista Esteban Podetti:


EN LAS TIERRAS DEL ENEMIGO

“Papá, ¿puedo jugar con el abuelo?” 

“Bueno, pero después volvelo a guardar en el cajón”.

El humor es degradación. Trabaja con la degradación de los valores, de las personas, del lenguaje y hasta de la autoestima. Al contrario del poeta, que trata de hacer al mundo más bello de lo que es, la misión del humor es rebajar al mundo a un nivel más bajo posible. ¿Por qué? Porque nos hace reir. Porque recordar que nada es tan sagrado nos produce un alivio y (si insistimos en encontrarle un lado noble) de alguna manera nos hermana.


Lo contrario de la degradación es, justamente, el homenaje. El homenaje y la elegía son el terreno del principal enemigo del humor, que es la solemnidad. Y de sus cultores, los recitadores de discursos y los ensalzadores de los valores y los nobles sentimientos. Porque aunque al humorista le gusta sentirse un filósofo o un revolucionario, en realidad es una especie de pibe medio rompepelotas en la edad del pavo: sus enemigos son el jefe tiránico y el dictador, pero también lo son el héroe, el santo, el poeta, el trabajador, la maestra de grado, la madre abnegada y hasta la víctima: la tarea del humor es encontrar el detalle estúpido en la cruzada más intachable y la tragedia más espantosa. En el camino se ofende a un montón de gente y nuestras abuelas nos quitan el saludo, claro, pero esa es la cruz que carga nuestra tarea.

Que un humorista homenajee a otro humorista es completamente contradictorio; va contra la naturaleza misma de nuestro trabajo. El humorista que se presta a un homenaje ha claudicado. Porque entramos a jugar el juego del enemigo (el juego de la frente surcada de arrugas y las palabras altisonantes), con sus armas, sus estrategias y sus ceremonias. He visto suficientes películas de artes marciales para saber que esto es un grave error. Durante un homenaje, el humorista debería ocuparse de lanzar ingeniosas ironías y, si esto no funciona, imitar al difunto con una voz graciosa, o tal vez bajarse los pantalones y mostrar el culo.

Pero claro, somos humanos. El otro día fueron asesinados humoristas por el hecho de hacer su trabajo (sea a causa del fanatismo o de una diabólica estrategia política pro-OTAN, el tiempo dirá) y que yo recuerde es la primera vez que pasa algo así en la historia de nuestro gremio. Y nuestra primera reacción es “¡Homenaje! ¡Homenaje! ¡Duelo! ¡Elegía! ¡Dibujo de lápiz ensangrentado!”
Atribuyamos esta claudicación al shock y el espanto, pero tratemos de recordar que este no es el orden natural de las cosas: Hemos entrado al reino de los plomos alegremente y entregado las armas, la armadura y el rosquete.

¿Qué puedo decir ante esta derrota? Lo único que debería decir un humorista en estos casos: ¡Patapúfete!

Se dice, con justa razón, que a todos más o menos nos hacen llorar las mismas cosas, pero nos reímos de cosas muy diversas. En lo personal estoy absolutamente convencido de que no es lo mismo el humor del débil hacia el poderoso, que del poderoso hacia el débil. Ok, también es cierto que en este guiso en el que nos estamos cocinando, a veces no resulta muy sencillo distinguir "opresor" de "oprimido". Sin embargo, desde el punto de vista político, no es lo mismo ver a Tinelli riéndose de una jubilada que a un humorista dibujando una sátira acerca de los fondos buitre. La palabra humor, como ocurre con muchas palabras, encierra conceptos densos. Como la palabra "casa" encierra la idea de choza, de tapera, de palacio... 


Lo que dice Podetti no sustituye la necesidad de tratar de entender las causas más profundas del mundo en que vivimos. Sería ridículo pedirle al humor, o al humorista, que resuelva las intrincadas cuestiones políticas que, en mayor o menor medida, nos afectan en tanto ciudadanos. Está claro que el sentido del humor no es un valor absoluto, como no lo es ningún valor humano. Sé que es una trivialidad aclarar esto, aunque en medio de tanta confusión, me parecía pertinente hacerlo.

Luego podremos agregar que el ataque de Boko Haram no recibió, como era de esperar, la misma cobertura mediática. En rigor, podemos agregar muchísimas cosas más.

No he dedicado mucho tiempo a buscar información más o menos seria, ni a reflexionar respecto de estas cuestiones. Puedo decir que me gustó bastante un artículo, de cuyo autor ignoro todo, que habla de la responsabilidad de Europa respecto de los atentados: Leer acá.

Me gustó también un comentario de Raúl C., en éste posteo de Abel Fernández:

Raúl C. dice:

enero 10, 2015 en 19:10

El artículo es impresionante. Gracias por traerlo, Visitante.

– Es increíble cómo, tanto a derecha como a izquierda, se ELUDE analizar de dónde sale el financiamiento y organización de los grupos violentos y del extremismo integrista (que no debe confundirse con el fundamentalismo).

– La derecha elude el tema porque, increíblemente, el régimen de Arabia Saudita, que aplica la forma religiosa más extremista (muchísimo más que Irán, por ejemplo), que es una dictadura de las más férreas del mundo, que aplica leyes medievales, que no permite un solo partido político ni una iglesia… es considerado oficialmente como ‘moderado’ en Medio Oriente y ‘amigo de los EE. UU.’. Lo mismo ocurre con otros países petroleros del Golfo.
Ya es un secreto a voces que el extremismo integrista tiene muchísimo que ver con ellos.
Y que el lobby petrolero saudita tiene enorme influencia en los EE. UU. Es decir, muchos políticos comprados (podría alinearse con los otros dos lobbies poderosos de allá que hacen su voluntad desde hace décadas: el pro-israelí y el anticastrista, aunque este último menos que antes).
No es un detalle menor que los grupos extremistas ‘islámicos’ violentos de ahora tengan en la región ‘los mismos enemigos’ que EE. UU. e Israel. (Y no me pongo a dividir entre buenos y malos, sólo creo que es un hecho de la realidad).

[Fuera de tema: me hace acordar a 1975/76 en Argentina: una violencia ‘peronista’ -Triple A- seguida de una violencia ‘antiperonista’… con *exactamente* los mismos enemigos].

Como dice el artículo, ellos, además de la parte violenta, organizan y financian a los ‘religiosos’ (agentes, bah) que buscan impedir la integración de la población musulmana en los países en los que residen.

– La izquierda elude el tema por un grave error histórico: el simplote esquema que dice ‘los musulmanes/árabes (en realidad confunden todo, porque aquí también entran los persas y quien sea) son los mayores/mejores enemigos de los Estados Unidos’, mientras delante de sus narices el extremismo ‘islámico’ violento y medieval amigo de los EE. UU. hace lo suyo.
También se confunde la izquierda por la confrontación natural con los neonazis como M. Le Pen: consideran que hay que apoyar todo lo que tenga el nombre ‘islámico’ porque ‘los otros’ están en contra.
La simpatía de parte de la izquierda por estas tendencias es una doble tragedia: porque el wahabismo trabaja en contra de todo tipo de islamismo realmente moderado, así como de todo tipo de laicismo, de integración de los pueblos y de progresismo… y además (o quizá por eso), sesgadamente, a favor de intereses globales capitalistas.

Es sumamente difícil ser prudente cuando hay muerte y dolor de por medio. Sin embargo, debo decir que acuerdo con Abel en que me parecen sumamente fastidiosos los comentaristas y "analistas" a quienes se les nota que el tema les importa tres carajos, pero aprovechan para vomitar injurias y resolver sus propias rencillas personales. 

7 comentarios:

  1. Para matizar este posteo, no está de más volver a citar las palabras de Foster Wallace:

    "El sarcasmo, la parodia, el absurdo y la ironía son formas geniales de quitarle la máscara a las cosas para mostrar la realidad desagradable que hay tras ellas. El problema es que una vez desacreditadas las reglas del arte, y una vez que las realidades desagradables que la ironía diagnostica son reveladas y diagnosticada, ¿qué hacemos entonces? La ironía es útil para desacreditar ilusiones, pero la mayoría de las ilusiones desacreditadas en los Estados Unidos ya se han hecho y rehecho. Una vez que todo el mundo sabe que la igualdad de oportunidades es una bobada, ¿qué hacemos ahora? [...] Aparentemente todo lo que queremos hacer es seguir ridiculizando las cosas. La ironía posmoderna y el cinismo se han convertido en un fin en sí mismas, en una medida de la sofisticación en boga y el desparpajo literario. Pocos artistas se atreven a hablar de lo que falla en los modos de dirigirse hacia la redención, porque les parecerán sentimentales e ingenuos a todos esos ironistas hastiados. La ironía ha pasado de liberar a esclavizar. Hay un gran ensayo en algún sitio que contiene una línea acerca de que la ironía es la canción del prisionero que llegó a amar su jaula".

    ResponderBorrar
  2. -Vieja, estoy podrido que los muchachos del club me griten gordo cornudo.
    -Vas a tener que adelgazar.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Je.. Off topic: la verdad es que entender todo este guiso es bastante complicado! Triste lo que pasó, y triste la mayor parte de la cobertura mediática. Leo mucha gente tratando de llevar agua para su molino en lugar de esforzarse por comprender.

      Borrar
  3. Rodrigo: muchas gracias por tu mención. Sigamos tratando de enviar 'señal' entre el 'ruido' mediático (metáfora de ingeniero). Un saludo cordial.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Y agrego dos cosas:
      1. Es muy buena tu elección de textos. Podetti la pega.
      2. Lo tuyo en el antro de RG es una verdadera misión/sacerdocio/apostolado... Cada tanto alguien trata de tener un diálogo racional con él. Es imposible. Lo de él -fuera de sus méritos académicos, que supongo los tendrá- es la mala fe más absoluta. Es 100% deshonesto. Como intelectual es lo más parecido al barra brava que le dice al hincha del equipo rival 'no esistís'...

      Borrar
    2. ¡Muchas gracias Raúl! Mirá, yo no quiero personalizar las discusiones (vale decir, llevarlas al "ad hominem"). A mí me da la impresión de que RG ya tiene, de antemano, la explicación: el kirchnerismo es pésimo, deplorable, impresentable, etc., y luego acomoda todo el arsenal de argumentos para sostener esa afirmación. Si le discutís algo, te tira con algún muerto. En lo personal, creo que hay que ser sumamente prudente para discutir algunas cuestiones. Otro ejemplo: http://seminariogargarella.blogspot.com.ar/2015/01/todo-cierto-entregar-los-principios-por.html

      Se come "todos los amagues". Yo la verdad hay cosas sobre las que prefiero no opinar... cuando no sé del tema, hago silencio. Ahora RG está seguro de lo que dice. Es una suerte de todólogo que llega siempre a la misma conclusión: el kirchnerismo es un horror, malo, deplorable, cómplice, etc. Una y otra vez lo mismo. Yo pido mayor prudencia y mayor rigor científico. Pido que cuando no sabemos algo no empleemos la "conspiranoia".

      Abrazo!

      Borrar
    3. Hola, Rodrigo:
      No hay más que comparar las posiciones de RG, en cada tema, con la línea editorial y la de los columnistas de Clarín o La Nación. No se diferencia en un milímetro. Nunca.
      No tomes lo que dice como una posición individual. Él forma parte de una estrategia. Yo lo veo simplemente como un empleado.
      Ya sé que parezco tendencioso al decirlo. Pero nunca le pude encontrar un mínimo apartamiento del relato mediático, a pesar de que lo busqué.
      No le dediques mucho tiempo, no vale la pena. El tipo es muy violento, insultante e irracional, y como habrás visto tiene una barra de 'opinadores' que lo secunda.
      Podríamos decir que 'nadie le puede ganar'. Hasta que uno se pregunta: ¿y para qué necesito ganarle a este? Y se dedica a cosas más interesantes.
      Saludos cordiales.

      Borrar