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lunes, 24 de febrero de 2014
domingo, 16 de febrero de 2014
JAIME TORRES: "EL HUMAHUAQUEÑO"
Pocos artistas he visto hacer música con tanta pasión y alegría.
sábado, 15 de febrero de 2014
ALARGAR LA VIDA Y DESPRECIAR LA VEJEZ
Es natural que, de tener la posibilidad de elegir, preferiríamos ser jóvenes, saludables y bellos antes que feos y viejos. Sin embargo, es interesante reflexionar sobre algo que sugiere Voltaire: "Quien no tiene las virtudes de su edad, tendrá que cargar sólo con sus defectos".
En cierto modo, nuestra época favorece la proliferación de pendeviejos que, sin tener los beneficios de la juventud, no parecen haber cultivado ni la experiencia ni la sabiduría.
Uno de los temas que trabajo ahí es el de la relación entre tecnociencia y vejez. Me planteo qué sentido tiene seguir desarrollando tecnología para vivir más años en una sociedad que siente un enorme rechazo por los viejos. Los jóvenes que trabajan en los laboratorios y que convocan al periodismo científico para exponer sus innovaciones no quieren morir... ¡pero tampoco quieren llegar a viejos! ¿Cómo se resuelve esa contradicción? Hay una perversión en alargar la vida y, al mismo tiempo, despreciar a los viejos. Pensemos: ¿adónde puede ir a divertirse una persona mayor? ¿Adónde puede ir sin que le digan "viejo verde" o le critiquen cómo se viste?
La reflexión parece obvia, y en cierto sentido lo es. Se sabe: muchas veces lo que no vemos es, justamente, lo que está delante de nuestras narices.
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DÍAZ ESTHER,
FILOSOFÍA,
JUVENTUD,
VEJEZ
martes, 4 de febrero de 2014
SPINETTA – ARTAUD – CANTATA DE PUENTES AMARILLOS
"He
encontrado una cosa curiosa, como no lo haría todos los días. Es un puente
levadizo con un cochecito amarillo y un grupo de lavanderas". (Vincent Van Gogh)
A riesgo
de que quede un post estilo Wikipedia, hoy tenía ganas de escribir en modo informativo pedagógico. O tal vez el talento no me da para otra cosa. En fin… La
tapa del disco Artaud fue diseñada por Juan Orestes Gatti a partir de una idea
de Spinetta. En su momento, los productores y vendedores no querían saber nada,
porque su forma extraña la hacía difícil de ubicar en las bateas. Parece que
"El Flaco" no quería dar el brazo a torcer, porque estaba convencido
de que su obra debía provocar incluso desde el diseño.
Los colores verde y amarillo son, según Antonin Artaud, los colores del surrealismo. Es muy factible que la letra de Cantatade puentes amarillos haya sido escrita por un Spinetta entregado al ejercicio de la libre asociación de ideas.
Si uno se fija, hay fragmentos que no parecen guardar ninguna ilación entre sí, como si fueran sueños o escritos realizados en duermevela:
Los colores verde y amarillo son, según Antonin Artaud, los colores del surrealismo. Es muy factible que la letra de Cantatade puentes amarillos haya sido escrita por un Spinetta entregado al ejercicio de la libre asociación de ideas.
Si uno se fija, hay fragmentos que no parecen guardar ninguna ilación entre sí, como si fueran sueños o escritos realizados en duermevela:
Todo
camino puede andar
Todo
puede andar...
Con
esta sangre alrededor
no
sé que puedo yo mirar.
La
sangre ríe idiota
como
esta canción,
¿y
ante qué?
Ensucien
sus manos como
siempre,
relojes
se pudren en sus
mentes
ya.
Y en
el mar naufragó
una
balsa que nunca zarpó,
mar
aquí, mar allá.
En
un momento vas a ver
que
ya es la hora de volver,
pero
trayendo a casa todo aquél
fulgor,
¿y
para quién?
Las
almas repudian todo encierro
las
cruces dejaron de llover.
Sube
al taxi, nena
los
hombres te miran,
te
quieren tomar.
Ojo
el ramo, nena,
las
flores se caen, tienes que parar.
Vi
las sonrisas muriendo en el
carrousel,
vi
tantos monos, nidos, platos de
café,
platos
de café, ah.
Guarda
el hilo, nena
guarden
bien tus manos
esta
libertad.
Ya
no poses, nena,
todo
eso es en vano,
como
no dormir
Aunque
me fuercen yo nunca voy a decir
que
todo tiempo por pasado fue
mejor,
mañana
es mejor.
Aquellas
sombras del camino azul,
¿dónde
están?
Yo
las comparo con cipreses que vi
sólo
en sueños.
Y
las muñecas tan sangrantes
están
de llorar,
y te
amo tanto que no puedo
despertarme
sin amar,
y te
amo tanto que no puedo
despertarme
sin amar.
¡No!
Nunca la abandones.
¡No!
Puentes amarillos.
Mira
el pájaro, se muere en su jaula
¡No!
Nunca la abandones
Puentes
amarillos, se muere en su
jaula
Mira
el pájaro, puentes amarillos
Hoy
te amo ya
y ya
es mañana
Mañana
Mañana
Mañana
Según
Sergio Pujol, la canción está hecha “como
una miríada de ideas, fragmentos de textos –algunos subrayados en la edición de Cartas a Théo que el joven artista devoraba, entre
el libro y la guitarra-, registros entre literarios y orales y, ya en el plano
de la música, módulos armónicos más o menos relacionados con la tonalidad de La
mayor. (…) En plena época de rock sinfónico -1973-, Spinetta expresaba en clave
intimista el deseo de una generación por convertir la música popular en algo
sofisticado y a la vez visceral”.
Yo leí Van Gogh, el suicidado por la sociedad de Antonin Artaud -que formó parte de las lecturas de Don Luis Alberto antes y durante el proceso de composición del disco- , y debo reconocer que no me flasheó demasiado. Hay partes que directamente me aburrieron, sobre todo la introducción de Aldo Pellegrini en la edición de Argonauta que es la que tengo, donde el tipo parece dividir al mundo entre Artaud artista genial incomprendido; y el resto de los mortales: burgueses medio perejiles que habitamos el globo y no cazamos un fútbol de poesía. En síntesis: le falta la distancia y el humor de un Luis Almirante Brown.
La obra de Antonin Artaud es bastante corrosiva. A esa manía de "filosofar con el martillo" que tenía el poeta francés, Spinetta le contrapone un mensaje menos destructivo como antídoto: el amor, el hippismo, los Beatles y John Lennon. Si bien se propone denunciar la locura, la perversión y la sinrazón del mundo, quiere producir al mismo tiempo un antídoto que no nos haga caer en la desesperación de tomarnos demasiado en serio el mensaje de Artaud.
Y ojo, que vivir de acuerdo a la cosmovisión de Rimbaud o Artaud es muy difícil, porque estar en contacto permanente con el éxtasis quema. "Si he de vivir, que sea/ sin temor y en el delirio", escribió alguna vez Mario Santiago, el Ulises Lima de Los Detectives Salvajes de Roberto Bolaño (1). La apuesta de Santiago es total. Cuando a Bolaño le preguntan si se puede "vivir poéticamente", responde que sí, que se puede, pero que no es recomendable:
Yo leí Van Gogh, el suicidado por la sociedad de Antonin Artaud -que formó parte de las lecturas de Don Luis Alberto antes y durante el proceso de composición del disco- , y debo reconocer que no me flasheó demasiado. Hay partes que directamente me aburrieron, sobre todo la introducción de Aldo Pellegrini en la edición de Argonauta que es la que tengo, donde el tipo parece dividir al mundo entre Artaud artista genial incomprendido; y el resto de los mortales: burgueses medio perejiles que habitamos el globo y no cazamos un fútbol de poesía. En síntesis: le falta la distancia y el humor de un Luis Almirante Brown.
La obra de Antonin Artaud es bastante corrosiva. A esa manía de "filosofar con el martillo" que tenía el poeta francés, Spinetta le contrapone un mensaje menos destructivo como antídoto: el amor, el hippismo, los Beatles y John Lennon. Si bien se propone denunciar la locura, la perversión y la sinrazón del mundo, quiere producir al mismo tiempo un antídoto que no nos haga caer en la desesperación de tomarnos demasiado en serio el mensaje de Artaud.
Y ojo, que vivir de acuerdo a la cosmovisión de Rimbaud o Artaud es muy difícil, porque estar en contacto permanente con el éxtasis quema. "Si he de vivir, que sea/ sin temor y en el delirio", escribió alguna vez Mario Santiago, el Ulises Lima de Los Detectives Salvajes de Roberto Bolaño (1). La apuesta de Santiago es total. Cuando a Bolaño le preguntan si se puede "vivir poéticamente", responde que sí, que se puede, pero que no es recomendable:
"Yo no quisiera que mi hijo –si mi hijo decide ser escritor– no quisiera que mi hijo optara por vivir sin timón y en el delirio. Porque nadie quiere ver a un ser querido sufriendo. Pero por otro lado, es inevitable. Hay escritores que tienden hacia eso. A veces en demérito de su propia escritura, porque la lucidez –y de nuevo– el sentido común son necesarios, son muy necesarios".
VINCENT VAN GOGH, EL “SUICIDADO POR LA SOCIEDAD”
La
felicidad del canalla, que muere tranquilo y en paz luego de haber provocado la
muerte, la tortura y el sufrimiento de cientos de personas, es difícil de
comprender para cualquier moralista. A menos, claro, que uno crea –no es mi
caso- en la justicia divina del paraíso, el purgatorio y el infierno. Hitler y
Mussolini fueron derrotados, pero en España, Franco gobernó más de treinta
años, y murió rodeado de honores oficiales, en su propia y confortable cama,
aferrado al brazo de Santa Teresa, a quien, con devoción, le pidió que
intercediera por su alma. La santa se negó.
La vida
de Vincent Van Gogh, en cambio, fue la de un artista de enorme sensibilidad y
talento, quien pese a entregar su existencia a la realización febril de cuadros
y más cuadros, no logró vender más que una sola tela en sus 37 años de vida. De
hecho, se hubiera muerto de hambre si no fuera por la modesta asignación que le
pasaba su hermano Théo.
Por
esas ironías que no faltan en la historia, casi un siglo después, su lienzo Los Girasoles se subastaría por casi veinticinco
millones de libras en Christie’s de Londres.
En una
de sus tantas cartas, tratando de encontrarle sentido a su sufrimiento, Vincent
le escribe a su hermano: “tal
vez la locura sea saludable porque uno se vuelve, quizá, menos excluyente”.
En
enero de 1889, escribe: “Habrás
vivido siempre pobre por darme de comer, pero yo devolveré el dinero o
entregaré el alma”. No pudo
cumplir con su palabra. Segundos antes de morir -producto de la agonía que él
mismo se provocó disparándose a sí mismo en el pecho- , le diría a Théo:“Fracasado
una vez más… La miseria no acabará nunca…”.
La
carta de julio de 1880 causó, indudablemente, un fuerte impacto sobre el joven
Spinetta. La cito in extenso y que cada cual haga el link que tenga ganas.
Resalto en negrita el fragmento que se puede relacionar con la frase "mira el pájaro, se muere
en su jaula":
“Te
escribo un poco al azar lo que me viene a la pluma, me sentiría muy contento si
de alguna manera tú pudieras ver en mí algo más que un haragán.
¿Acaso
hay haraganes y haraganes que hacen contraste? Está aquel que es haragán por
pereza y dejadez de carácter, por la bajeza de su naturaleza: tú puedes, si lo
juzgas bien, tomarme por uno de éstos.
Después
está el otro haragán, el haragán a pesar suyo, que vive roído interiormente por
un gran deseo de acción, que no hace nada porque vive en la imposibilidad de
hacerlo, puesto que está como preso en alguna cosa, porque no tiene lo que
necesitaría para ser productivo, porque la fatalidad de las circunstancias lo
reduce a ese punto; un haragán así no sabe siempre él mismo lo que podría
hacer, pero lo siente por instinto; por tanto, sirvo para algo, siento en mí
una razón de ser; sé que podría ser un hombre por completo diferente. ¿En qué
podría ser útil?, ¿en qué servir?, ¿hay algo dentro de mí?, ¿qué es, entonces?
Este
es un haragán muy diferente; tú puedes, si lo juzgas bien, tomarme por uno de
éstos.
Un pájaro en la jaula, en la primavera, sabe muy bien que hay
algo para lo cual serviría, siente fuertemente que hay algo que hacer, pero no
lo puede hacer. ¿Qué es? No lo recuerda bien, después tiene ideas vagas y se
dice: ‘Los otros hacen sus nidos y tienen sus hijos y crían la nidada’; después
se golpea el cráneo contra los barrotes de la jaula. La jaula sigue allí y el
pájaro vive loco de dolor.
‘Mira
qué haragán’, dice un pájaro que pasa, ‘una especie de rentista’. Sin embargo,
el prisionero vive y no muere, nada se muestra exteriormente de lo que ocurre
interiormente, se lleva bien, está más o menos alegre al rayo del sol. Pero
viene la temporada de la migración. Acceso de melancolía. ‘Pero’, dicen los
niños que lo cuidan en su jaula, ‘tiene todo lo que le hace falta’. Pero él
mira afuera el cielo henchido, cargado de tempestad y siente la rebelión contra
la fatalidad dentro de sí. ‘Estoy preso, estoy preso y no me falta nada,
imbéciles. Tengo todo lo que hace falta. ¡Ah, la libertad! ¡Ser un pájaro como
los otros pájaros!...’
Este
hombre haragán se parece a ese pájaro haragán y los hombres se hallan a menudo
en la imposibilidad de hacer nada, prisioneros en no sé qué jaula horrible,
horrible, muy horrible. (…)
No
sabremos decir nunca qué es lo que nos encierra, lo que nos cerca, lo que
parece enterrarnos, pero sentimos, sin embargo, no sé qué barras, qué rejas,
qué paredes.
¿Todo
esto es imaginario, fantasía? No lo creo; y después uno se pregunta: Dios mío,
¿será por mucho tiempo?, ¿será para siempre?, ¿será para la eternidad?
Tú
sabes cómo puede desaparecer la prisión. A base de afecto profundo, serio. A
base de ser amigos, ser hermanos, amar: así se abre la prisión como una fuerza
soberana, como un encanto poderoso. Pero el que no tiene esto permanece en la
muerte.
Pero
allí donde la simpatía renace, renace la vida.
Además,
la prisión se llama algunas veces prejuicio, malentendido, ignorancia fatal de
esto o aquello, desconfianza, falsa vergüenza.
(…)
Solamente si te fuese posible ver en mí algo más que un haragán de la peor
especie, me sentiría más cómodo.
Luego,
si alguna vez pudiese hacer algo por ti, serte útil en alguna cosa, no olvides
que estoy a tu disposición”.
Este post se terminó.
¡Sean felices!
(1) Fue mi mejor amigo, mi mejor amigo de lejos. Poeta mexicano. Un ser extrañísimo, en realidad Mario Santiago parecía haber bajado de un ovni hace un par de días. Y tenía cosas tan extrañas, era un lector empedernido. Cosas tan extrañas como meterse en la ducha y seguir leyendo. Entonces, se metía en la ducha y con la mano mantenía el libro así (hace el gesto con sus manos): ¡y lo peor es que eran mis libros! (la audiencia ríe). Y yo siempre veía mis libros mojados y no sabía qué había ocurrido. Y yo decía: “¿es que ha llovido en México?”. Porque claro, México es muy grande y puede llover en una zona de la ciudad y en otra no. Es raro, pero se puede dar ese caso. Realmente, un fenómeno curioso en la naturaleza ¿no? Pero se puede dar. Hasta que una vez lo sorprendí leyendo en la ducha, y yo lo que tenía que haber hecho era ponerme de rodillas a rezar. A rezar ante el milagro que había presenciado. No lo hice, más bien lo reté. Y tenía cosas así Mario. Mario era un personaje fantástico, no tenía ninguna disciplina. Recuerdo que para ganar dinero trabajábamos en diversas revistas mexicanas y era yo el que escribía sus crónicas, sus artículos; él hacía un borrador y yo cogía el borrador y escribía la crónica. Y luego tenía que escribir la mía también. (Roberto Bolaño, entrevista de Cristian Warnken).
BARRETT Y LAS HERMOSAS CANCIONES DE THE PIPER AT THE GATES OF DAWN
-“Bueno
Charly, ¿qué consejo les darías a los jóvenes que quieren entrar en la droga
para que no lo hagan?”, preguntó Susana Giménez, en tono pedagógico.
Charly
García en primer plano, mirando a cámara: “Chicos,
la droga es como un pasaje de ida en tren, el vagón está lleno y no cabemos, no
se suban, que ya viajamos todos apretados”....
Incomodidad en el estudio, ante la ausencia del buscado mensaje edificante. Tanda y a la vuelta, Charly ya no está.
Incomodidad en el estudio, ante la ausencia del buscado mensaje edificante. Tanda y a la vuelta, Charly ya no está.
Hubo otro
músico maravilloso que emprendió un viaje trágico sin pasaje de vuelta,
devorado por la esquizofrenia y el exceso de alucinógenos: se llamaba Syd
Barrett y fue el líder de Pink Floyd. Afortunadamente, antes de que el “crazy
diamond” deje de brillar, nos regaló varias canciones hermosas, como “Arnold Layne” y “See Emily Play” en su fase solista; o “Matilda mother”,
“Flaming”, “Lucifer Sam”, “The Gnome”, “Chapter 24” , “The Scarecrow” y “Astronomy Domine”...
Las
opiniones son variadas, pero a mi juicio, ThePiper at the Gates of Dawn es
uno de los dos o tres mejores discos de Floyd, junto al inolvidable Dark Side of the Moon.
Fabián
Casas dice que Sgt. Peppers de los Beatles es un clásico, y Piper es su hermano menor:
“Un
hermano menor muy volado, de esos que terminan preocupando a los padres por la
manera de quedarse mirando el techo cuando están en la mesa (…) (Me pasa algo
curioso, si estoy estimulado con hierba o ácido, Piper se vuelve un disco
extraordinario; Peppers, en cambio, es un ácido)”.
Más allá
de la opinión de Casas, considero que se trata de un álbum precioso, que mezcla
la psicodelia pop con cierto espíritu infantil. Dicen que la mayoría de las
canciones fueron compuestas en tiempos felices de Barrett, en los cuales le
sobraban los minutos para fumar hierba y jugar con su guitarra. Entre los temas
que más me gustan de Floyd figura "Matilda Mother", que viene a ser una
tierna evocación de la infancia, pues trata de una madre que le narra cuentos a
su hijo antes de dormir:
Letra: Matilda Mother (Barrett)
There was a king who ruled the land/ His majesty was
in command/ With silver eyes the scarlet eagle/ Showered silver on the people/
Oh mother, tell me more… / Why’d you have to leave me there/ Hanging in my infant
air, waiting/ You only have to read the lines of/ Scribbly black and everything
shines…/ Across the stream with wooden shoes/ Bells to tell the king the news/
A thousand misty riders/ Climb up higher once upon a time/ Wondering and
dreaming/ The words have different meanings/Yes they did... /For all the time
spent in that room/ The doll’s house darkness old perfume/ And fairy stories
held me high/ On clouds of sunlight floating by/ Oh mother, tell me more/ Tell
me more...
Había
una vez un rey que gobernaba la tierra/ Su majestad estaba al mando/ Con ojos
plateados el águila escarlata/ Derramaba plata sobre la gente/ Oh madre,
cuéntame más/ Por qué tenías que abandonarme allí/ Colgado de mi aspecto
infantil, esperando/ Sólo tienes que leer las líneas del/ Garabato negro y todo
brilla/ A través del arroyo con zapatos de madera/ Las campanas anuncian al rey
las noticias/ Miles de brumosos jinetes/ Escalan a lo más alto érase una vez/
Maravillando y soñando/ Las palabras tienen diferentes significados/ Sí, lo
tienen… /Por todo el tiempo transcurrido en esa habitación/ El viejo perfume de
la oscura casa de muñecas/ Y las historias de hadas me mantuvieron en lo alto/
Sobre nubes bajo la luz del sol, flotando/ Oh madre, cuéntame más/ Cuéntame
más...
En "Matilda Mother" hay diversas imágenes derivadas de Cautionary Tales For Children -algo así como “Cuentos con moraleja
para niños”- de Hilaire Belloc.
Hay otros
temas muy lindos, como “The Gnome”, un cuento de hadas; “The Scarecrow”, que recuerda las historias de Worzel
Gummidge. En "Bike”, Barrett se hace amigo
de un ratón: “I know a
mouse and he has not got a house I don’ know why I call him Gerald”.
Cuando era chico, al escuchar el pasaje de "Bike" que habla de una tribu de hombres hechos de pan de jenjibre: "I've got a clan of ginger bread men, Here a man, there a man, lots of gingerbread men", me rompía la cabeza.
Poco después, Syd nos invita a agarrar una pareja de los hombrecitos, que están ahí en el plato. Yo pensaba: "¡chau, qué loco está este muchacho, imagina clanes de tipos de pan de jenjibre!". Un amigo inglés, mucho más tarde, me dijo que en su país era común comer pan de jenjibre hecho con formitas de animales y de personas, así como nosotros comemos los populares "cuernitos".
Según Simon Reynolds, “el antropomorfismo y el animismo (Barrett creía enlos espíritus de los árboles) de las primeras canciones de Pink Floyd se relacionan con una conciencia panteísta común a muchos consumidores de LSD. ‘Dios está en todas las cosas', declaró Paul McCartney en 1967. (…) La facultad del LSD de hacerle ver a uno las cosas con ojos de niño, como por primera vez, constituyó el sacramento químico de un panteísmo renaciente".
Cuando era chico, al escuchar el pasaje de "Bike" que habla de una tribu de hombres hechos de pan de jenjibre: "I've got a clan of ginger bread men, Here a man, there a man, lots of gingerbread men", me rompía la cabeza.
Poco después, Syd nos invita a agarrar una pareja de los hombrecitos, que están ahí en el plato. Yo pensaba: "¡chau, qué loco está este muchacho, imagina clanes de tipos de pan de jenjibre!". Un amigo inglés, mucho más tarde, me dijo que en su país era común comer pan de jenjibre hecho con formitas de animales y de personas, así como nosotros comemos los populares "cuernitos".
Según Simon Reynolds, “el antropomorfismo y el animismo (Barrett creía enlos espíritus de los árboles) de las primeras canciones de Pink Floyd se relacionan con una conciencia panteísta común a muchos consumidores de LSD. ‘Dios está en todas las cosas', declaró Paul McCartney en 1967. (…) La facultad del LSD de hacerle ver a uno las cosas con ojos de niño, como por primera vez, constituyó el sacramento químico de un panteísmo renaciente".
El
productor de EMI asignado para laburar con los Floyd fue Norman Smith, quien
había sido sido el ingeniero en jefe de los Beatles hasta Rubber Soul:
"Cuando
miro atrás, me pregunto cómo nos las arreglamos para hacer algo", dice Smith. "Los llamaba después de grabar
una canción, y los hacía pasar a la sala de control para hacerles mis sugerencias.
Sobre todo a Syd, que era el pilar, el compositor: él era quien alimentaba el
ambiente psicodélico en el grupo. Cuando le sugería algo, que probara tal cosa
o tal otra, que hicieran otra toma en el estudio, me decía: Sí, está bien. Y se
metían de nuevo en el estudio. Volvía a hacer exactamente lo mismo, y los demás
también, haciendo caso omiso de mis sugerencias. Fue un verdadero infierno. No
hay recuerdos agradables. Siempre me iba con un dolor de cabeza. Syd era
indisciplinado y nunca cantaba lo mismo dos veces. Tratar de hablar con él era
como hablar con una pared, porque su cara no tenía expresión. Sus letras eran
infantiles. Era un niño de alguna manera, pasaba de la euforia a la
depresión".
El puente
que ayudó a Smith a controlar mínimamente al díscolo Barrett fue el ingeniero
de sonido Peter Bown, quien llegó a establecer una gran amistad con el gran
fumeta.
Para
terminar, y aunque no tenga tanto que ver con el título del post, pero sí con el contexto de época, los dejo con
otro temazo de la época: “White Rabbit”, de Jefferson Airplane, inspirado
en Alicia en el País de las
Maravillas de Lewis Carroll.
¡Sean felices!
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LITERATURA,
MÚSICA,
PINK FLOYD
domingo, 2 de febrero de 2014
LA IRONÍA SEGÚN DAVID FOSTER WALLACE
Hoy
tengo ganas de citar una extraordinaria reflexión del escritor estadounidense
David Foster Wallace acerca del predominio de la ironía y el sarcasmo en la
sociedad actual:
"El
sarcasmo, la parodia, el absurdo y la ironía son formas geniales de quitarle la
máscara a las cosas para mostrar la realidad desagradable que hay tras ellas.
El problema es que una vez desacreditadas las reglas del arte, y una vez que
las realidades desagradables que la ironía diagnostica son reveladas y
diagnosticada, ¿qué hacemos entonces? La ironía es útil para desacreditar
ilusiones, pero la mayoría de las ilusiones desacreditadas en los Estados
Unidos ya se han hecho y rehecho. Una vez que todo el mundo sabe que la
igualdad de oportunidades es una bobada, ¿qué hacemos ahora? [...]
Aparentemente todo lo que queremos hacer es seguir ridiculizando las cosas. La
ironía posmoderna y el cinismo se han convertido en un fin en sí mismas, en una
medida de la sofisticación en boga y el desparpajo literario. Pocos artistas se
atreven a hablar de lo que falla en los modos de dirigirse hacia la redención,
porque les parecerán sentimentales e ingenuos a todos esos ironistas hastiados.
La ironía ha pasado de liberar a esclavizar. Hay un gran ensayo en algún sitio
que contiene una línea acerca de que la ironía es la canción del prisionero que
llegó a amar su jaula".
Para complementar la reflexión de Foster Wallace, se me ocurre decir que la ironía y el sarcasmo son indispensables cuando se dirigen a la impunidad de los poderosos. Aquí tienen un buen ejemplo.
LO COMPLEJO Y LO COMPLICADO
¿Hasta qué punto “lo complicado” y “lo complejo” son sinónimos? Cierta vez, Marcos Di Palma estuvo muy preciso cuando interrumpió la habitual verborrea de un periodista de larga trayectoria en el medio: "shh, cállense, que el Tano (Fazzini) va a decir una pelotudez importante"
Hay una frase de Nietzsche, bastante citada cuando se habla de estos temas, donde dice despreciar a los pensadores que “enturbian las aguas para hacerlas parecer profundas”.
Recuerdo que en La imaginación sociológica, Wright Mills ironizaba sobre el estilo pretencioso e innecesariamente abstruso de Talcott Parsons, mediante la traducción a lenguaje llano de uno de los tantos fragmentos barrocos que pueblan La estructura de la acción social. No pongo la cita porque me da pereza ir a buscarla.
Me parece interesante contrastar dos fragmentos que tocan la cuestión, de parte de dos autores franceses muy lúcidos, aunque con sensibilidades ideológicas distintas: Tzvetan Todorov y Pierre Bourdieu.
El lingüista búlgaro nos recuerda la experiencia de haber conocido a Lacan:
"Lacan no era un tímido, sino más bien un manipulador y un seductor. También lo conocí gracias a Jakobson (Roman), pero no sentía por él la misma admiración que por Lévi-Strauss. Sin embargo, leía asiduamente a Freud y me apasionaba, desde otra perspectiva, por los problemas del lenguaje. Pero el estilo de Lacan, alambicado y pretencioso, me producía risa; sus admiradores me hacían recordar a los miembros de una secta, absolutamente devotos de su gurú. Lacan buscaba golpear y seducir, no convencer con argumentos racionales; aspiraba a alienar la voluntad de sus auditorios, no a hacerlos más libres. Ésa era en todo caso mi impresión, lo que explica por qué no me atraía. Para mí, la máxima claridad en la expresión es una cuestión de ética, de respeto hacia aquel a quien me dirijo: es el modo en que lo coloco en el mismo plano que yo, que le permito responder y por lo tanto convertirse en sujeto de la palabra con el mismo derecho que yo. En tanto lector, quiero dirigirme a los autores a los que leo, hacerles preguntas: “eso que me dicen, ¿es verdad?, ¿es correcto?”. Tiendo a buscar que mis lectores puedan hacer otro tanto. Me interesa poco el culto de la oscuridad.
Mi único encuentro personal con Lacan se desarrolló de esta manera: después de presentarme, me llenó de elogios. A juzgar por lo que decía, no tenía más sueño en la vida que el de encontrarse conmigo. “Usted se merece formar parte de mi círculo”, me dijo, “usted no es uno de esos adoradores que van a mi seminario y que no entienden nada de lo que digo”. Venga a mi casa a las 19 y hablaremos. Impulsado por la curiosidad y realmente envanecido, toqué su puerta a la hora convenida. Era otra persona: me trató con desdén, como si no comprendiera por qué me había permitido ir a molestarlo. Era toda una estrategia: seducir, después rechazar, para provocar dependencia. Me fui y nunca más lo vi en privado".
Por otro lado, leemos la muy interesante respuesta del sociólogo Pierre Bourdieu:
Periodista: “¿Por qué emplea usted una jerga particular y particularmente difícil que hace que su discurso sea a menudo inaccesible para el profano? ¿No hay una contradicción entre denunciar el monopolio que se otorgan los científicos y restaurarlo en el discurso de la denuncia?”
Bourdieu: "Basta generalmente con dejar hablar al lenguaje corriente, con abandonarse al laisser-faire lingüístico, para aceptar sin saberlo una filosofía social. El diccionario está preñado de mitología política (pienso, por ejemplo, en todas las parejas de adjetivos: brillante-serio, alto-bajo, raro-común, etc.). Los amigos de la “sensatez”, que están en el lenguaje común como peces en el agua y que –tanto en materia de la queja como en todo lo demás- tienen las estructuras objetivas a su favor, pueden (eufemismo más o menos) hablar un lenguaje claro como agua de manantial y atajar la jerga de una estocada. Por el contrario, las ciencias sociales deben conquistar todo lo que dicen contra los prejuicios que vehicula el lenguaje común y decir lo que han conquistado en un lenguaje que está predispuesto para decir algo completamente distinto. Romper los automatismos verbales no es crear artificialmente una diferencia distinguida que mantenga a distancia al profano; es romper con la filosofía social que se halla inscrita en el discurso espontáneo. Poner una palabra en lugar de otra supone a menudo efectuar un cambio epistemológico decisivo (que corre el riesgo, por lo demás, de pasar desapercibido).
Pero no se trata de escapar de los automatismos de la sensatez para caer en los automatismos del lenguaje crítico, con todas esas palabras que demasiadas veces han funcionado como eslóganes o consignas, con todos esos enunciados que sirven, no para enunciar lo real, sino para tapar las grietas del conocimiento (…) Me estoy refiriendo a es “basic-marxism”, como dic Jean-Claude Passeron, que ha proliferado durante los últimos años en Francia: este lenguaje automático –que funciona mecánicamente, pero en vacío- permite referirlo todo a la economía, con un reducidísimo número de conceptos simples, pero sin pensar gran cosa. El simple hecho de la conceptualización ejerce a menudo un efecto de neutralización, incluso de negación.
El lenguaje sociológico no puede ser ni “neutro” ni “claro”. La palabra clase jamás será una palabra neutra mientras existan clases: la cuestión de la existencia o de la no-existencia de las clases es un objeto de lucha entre las clases. El trabajo de escritura que se precisa para conseguir un uso riguroso y controlado del lenguaje rara vez conduce a lo que se denomina la claridad, es decir, al fortalecimiento de las evidencias del sentido común o de las certidumbres del fanatismo.
Al contrario de la búsqueda literaria, la búsqueda del rigor conduce casi siempre a sacrificar la fórmula bella, que le debe su fuerza y claridad al hecho de que simplifica o falsifica, por una expresión más ingrata, más pesada, pero más exacta, más controlada".
Creo que ambas posturas -la que expone Bourdieu y la que sugiere Todorov- no tienen necesariamente que ser contradictorias, e incluso podrían, y a mi juicio deberían, complementarse.
En el ámbito del derecho, existen jueces, letrados y académicos que se expresan con un estilo que nos recuerda a Carlos Argentino Daneri:
"La sentencia omnímoda dictada a fs. (...) procrastinó fijar emolumentos en favor del los Sres. profesionales que dieran asistencia en la acumulada "litis contestatio".
(...)
No obstante, el matiz de los agravios expresados contra la decisión de grado en este aspecto, me impone que vuelque los fundamentos que daré a continuación, no tanto para apontocar mi voto no negativo al interrogante copete de este acuerdo, antes bien para desnudar lo acidioso del soflama recursivo”.
¿Es necesario escribir TAN MAL?
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