jueves, 8 de septiembre de 2016

SOBRE IGOR STRAVINSKI, O VAYA UNO A SABER SOBRE QUÉ

¿No caemos a veces en cierta ridiculez "Romántica" de considerar que sólo el llanto es "profundo" y "serio"? ¿No ocurre muchas veces que el humor, lo lúdico, lo alegre, son aspectos dejados de lado por el discurso sentimental? ¿Qué sabe un crítico sobre la “capacidad de amar” o sobre las “intenciones” de un artista? ¿No se pierde lo esencial con la tendencia reductora de explicar la obra de un artista mediante su biografía, en lugar de hacerlo dialogar de modo fructífero con la tradición que lo precede? 

¿Qué es "lo superficial" y qué es "lo profundo"? ¿Sólo son profundos los sentimientos "oceánicos"?  

Algunos críticos no le perdonan a Stravinsky que haya escrito que la música es "impotente para expresar lo que sea: un sentimiento, una actitud, un estado psicológico" (Crónicas de  mi vida, 1935).

¡Hay críticos que hablan de la “pobreza del corazón” que nos revela su música! Como diría Kundera: 

"¿Habrá ultrajado Stravinski alguna oculta necesidad existencial en cada uno de nosotros? ¿La necesidad de considerar mejores los ojos mojados que los ojos secos, mejor la mano sobre el corazón que la mano en el bolsillo, mejor la creencia que el escepticismo, mejor la pasión que la serenidad, mejor la confesión que el conocimiento?”. 

Otro aspecto de la cuestión: Tal vez “una fuga de Bach, al hacernos contemplar una belleza extra-subjetiva del ser”, quiera hacernos olvidar a nosotros mismos nuestros estados anímicos, “nuestras pasiones y penas”; y, por el contrario, “como si la melodía romántica quisiera que nos sumergiéramos en nosotros mismos, hacernos sentir nuestro yo con una terrible intensidad y hacernos olvidar todo lo que se encuentra afuera”. 

Ahora  bien, si trasladamos la discusión al terreno literario: ¿por qué Las penas del joven Werther deben ser necesariamente más “profundas” o más “humanas” que las aventuras del Quijote o Gargantúa y Pantagruel de Rabelais? En fin, vale la pena leer Los testamentos traicionados de Milan Kundera: tiene ideas interesantes y las expresa con gracia (no como yo, que me tropiezo constantemente con las palabras):


1 comentario:

  1. Es parte de la discriminación, broder, es la militancia de la discriminación que pone las cosas en su lugar, o sea, en el lugar que el discriminador cree le corresponde por consenso vanguardista de revaloración. El kilombito se embrolla aún mas lo retrógrado de la vanguardia cuando esta precipita un coloide ayatola de fácil dictamen condenatorio aceptado ad hominen.
    Y esto se nota en situaciones mas mundanas: ¿estás embarazada?¡felicidades! mientras le le acarician la pancita a la afortunada, pero nadie le manotea el bulto al padre y dice ¡buen trabajo!

    Salú

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