lunes, 9 de enero de 2017

OH JOVEN ESCRITOR QUE SALES A CAZAR ANÉCDOTAS

Imagino jóvenes aspirantes a escritores, tal vez lectores de Bukowski, Hemingway o Henry Miller, que cada tanto salen a juntar anécdotas: se enamoran de alguien que no les conviene, se emborrachan de más, se drogan sin mesura, se agarran a trompadas en un bar, viajan de mochileros al norte argentino. Naturalmente, es difícil vivir una aventura en la que un grupo de taiwaneses te secuestra para venderte como esclavo en Sudán –lo cual podría ayudarte a construir una anécdota maravillosa- , sino que o no te dejan entrar a un boliche porque no te pusiste los zapatos adecuados o te putearon por pasar un semáforo en rojo.

Entonces el joven aspirante a escritor descubre que no es suficiente con vivir una experiencia digna de ser contada, sino que hace falta mucho más para transmitir una vivencia, crear un personaje creíble y conmover a un potencial lector. Por lo demás, la pasión pura no sirve en el arte, por eso los escritores con oficio aconsejan no escribir sobre algo que todavía nos conmueve demasiado. Los buenos escritores son capaces de hacer maravilloso lo trivial, mientras que los malos escritores son capaces de volver triviales los temas más importantes. Kafka no necesitó irse de mochilero al norte para escribir páginas extraordinarias: lo hizo casi sin salir de Praga.

Me permito volver a citar algunos consejos valiosos de Don Abelardo Castillo, copiados de su Ser escritor

-          "Nadie escribió nunca un libro. Sólo se escriben borradores. Un gran escritor es el que escribe el borrador más hermoso.

-          No es lo mismo ambigüedad que confusión. Una historia debe tener siempre un único final. Si quisiste sugerir dos o más desenlaces, esos desenlaces son un único final: se llama ambigüedad. Si nadie entiende ni medio se llama confusión.

-          No cualquier cosa, por el mero hecho de haberte sucedido, es interesante  para otro. Esto vale tanto para escribir como para conversar.

-          Lo que llamamos estilo sucede más allá de la gramática. No es lo mismo decir: “ahí está la ventana” que “la ventana está ahí”. En un caso se privilegia el espacio; en el otro, el objeto. Toda sintaxis es una concepción del mundo”.

¡Sean felices!

Rodrigo

No hay comentarios.:

Publicar un comentario