sábado, 4 de abril de 2020

CONSIDERACIONES SOBRE EL SENTIDO DEL HUMOR



El amigo Pedro Saborido, quien muchas veces reflexiona en clave humorística mejor que cualquier profesor de filosofía, decía que la frase "el humor es síntoma de inteligencia" a veces se tornaba una verdad incuestionada, como otras frases triviales del tipo "la información es poder" o "en la moto la carrocería sos vos".

Y es cierto que la debilidad y la torpeza ajena son muchas veces motivo de risa, y que esa característica no nos vuelve automáticamente inteligentes sino que muchas veces es hija de una actitud entre psicópata e imbécil:

"De la misma manera, se le otorgan al humor cualidades imposibles de verificar: desde propiedades terapéuticas hasta formidables actitudes para luchar y vencer a los poderosos. Grandes exageraciones ambas. Nadie se cura una pancreatitis mirando Gasalla ni derrota una dictadura a base de memes". Muchas veces uno se ríe de aquello que lo oprime y no puede cambiar.

Es popular la definición de Arthur Schopenhauer, para quien el humor consistía en "poner una cosa donde no va". Si nos imaginamos una mesa donde se reúne un grupo de vacas que caminan en dos patas y charlan sentadas mientras comen asado de ser humano, la situación es humorística. Aunque también podría ser un indicio de haber estado interactuando con sustancias psicotrópicas. Pero como siempre me digo a mí mismo: no nos vayamos por las ramas.

El sentido del humor sería una especie de cumbre aristotélica entre dos extremos: cierta armonía entre el exceso de frivolidad y el exceso de seriedad. El frívolo se ríe de todo, es insípido, dice trivialidades y no se preocupa si con sus bromas hiere al resto. El serio es aquél que piensa que todo debe considerarse grave y se reprime el costado de algún modo leve o ridículo inherente a la condición humana.

El sentido del humor es la virtud que nos permite mirar el costado frívolo que existe en todo lo serio, y el costado serio que anida en la frivolidad.

En lo personal me parece que aquellas personas que están absolutamente seguras de tener razón es porque padecen una forma velada de locura; de ahí se sigue que los fanáticos no se suelan llevar muy bien con el humor.

A las personas que carecen de sentido del humor les falta humildad, porque se toman demasiado en serio a sí mismas. Eso no quita que existan personas muy amables sin sentido del humor y cabrones egocéntricos que nos hacen reír. Sabemos que las virtudes son como el agua: es vital si está mezclada con sales minerales, pero es nociva en estado puro.

Hay muchas personas que no tienen habilidad para hacer reír, pero son dueñas de una risa contagiosa que las vuelve deliciosas. Tengo amigas y amigos, incluso conocidos, que cuando me pongo en modo Krusty me festejan todo y me alegran el alma.

Cualquier periodista que se vea en la situación de entrevistar a un humorista y no sepa qué preguntarle, va a recurrir a las remanidas preguntas que yo intentaré responder aquí porque estoy aburrido y me dan ganas: 1) ¿Hay límites para hacer humor?; 2) ¿el humor es sanador?


¿Hay límites a la hora de hacer humor?

Es una línea divisoria muy fina, cuyo criterio de demarcación popperiano podría ser la diferencia entre “reírse con” y “reírse de”. No es lo mismo un judío haciendo chistes de judíos que poner la misma broma en labios de un antisemita.

Groucho Marx dijo, luego de una fiesta: “he pasado una linda velada, pero no fue ésta”. Ahí ya nos estamos metiendo de lleno en el terreno de la ironía. En todo caso, si la frase va dirigida a la anfitriona de la fiesta, es ironía; en cambio, esa misma frase en boca de un standupero que se la dice al público luego de finalizar su espectáculo, es humor.  

A mí me parece que se puede bromear acerca de todo: el sexo, la muerte, la tortura, la enfermedad, el amor, la guerra. Ocurre que suele confundirse "la comedia" con "la burla", siendo que es una mirada diferente de abordar la realidad.

Para Comte-Sponville, "lo importante es que la risa agregue algo de alegría, algo de dulzura o de ligereza a la miseria del mundo, y no más odio, sufrimiento o desprecio". Me parece una definición piola, aunque tal vez demasiado moralista.

¿Qué es la ironía? De algún modo es decir lo contrario de lo que se piensa pero en una forma o en un tono que revele nuestra intensión: "¡Ah pero qué inteligente te volviste, Juan Carlos! ¿Cómo es que no te dan el Premio Nobel?".

A veces pasa que alguien medio cruel le tira ironías a un siome que se toma todo literal: eso hace que el gracioso se salve o se condene a ligar una golpiza. 

El sarcasmo es una variante más hiriente de la ironía, porque sarcasmo creo que tiene cierta conexión etimológica con sarcófago, con desgarrar la carne.

Cuenta Bioy Casares que una vez Borges dijo, en referencia a un escritor de capacidad nula: “Si llega al infierno, lo van a rechazar por insignificante.”


By the way, en el Borges de Bioy hay un comentario que hace el amigo Jorge Luis que me recuerda al personaje Luis Almirante Brown de Capusotto:


Borges abre The Perfumed Garden -una traducción al inglés que hizo Richard Burton de un manual árabe sobre sexualidad escrito por un tal 'Nefzawi'- y lee:

‘Women would succeed in making an elephant mount on the back of an ant, and would even succeed in making them copulate.’

Al terminar de leer comenta: "He ahí la versión oriental, y desprovista de gracia, de con paciencia y con saliva, el elefante se la metió a la hormiga.”


Retomando el hilo, y ya puestos a elucubrar digresiones después de fumar un churro, diremos que la ironía hiere y el humor cura.

A propósito de la ironía, el escritor estadounidense David Foster Wallace decía algo muy lúcido: 

"El sarcasmo, la parodia, el absurdo y la ironía son formas geniales de quitarle la máscara a las cosas para mostrar la realidad desagradable que hay tras ellas. El problema es que una vez desacreditadas las reglas del arte, y una vez que las realidades desagradables que la ironía diagnostica son reveladas y diagnosticada, ¿qué hacemos entonces? La ironía es útil para desacreditar ilusiones, pero la mayoría de las ilusiones desacreditadas en los Estados Unidos ya se han hecho y rehecho. Una vez que todo el mundo sabe que la igualdad de oportunidades es una bobada, ¿qué hacemos ahora? [...] Aparentemente todo lo que queremos hacer es seguir ridiculizando las cosas. La ironía posmoderna y el cinismo se han convertido en un fin en sí mismas, en una medida de la sofisticación en boga y el desparpajo literario. Pocos artistas se atreven a hablar de lo que falla en los modos de dirigirse hacia la redención, porque les parecerán sentimentales e ingenuos a todos esos ironistas hastiados. La ironía ha pasado de liberar a esclavizar. Hay un gran ensayo en algún sitio que contiene una línea acerca de que la ironía es la canción del prisionero que llegó a amar su jaula".

Según Comte-Sponville, "la ironía se ríe del otro (o del Yo, en el autosarcasmo, como si fuera otro); el humor se ríe de sí mismo o del otro como sí mismo, y se incluye siempre, en todo caso, en el sinsentido que instaura y devela".

Personalmente creo que la ironía es virtuosa cuando se burla de los poderosos, de la autoridad; pero se vuelve cruel al volcarse hacia las personas en situación de debilidad.

¿El humor es sanador, o es mejor Claudio María Domínguez?

Les había dicho que disfruto mucho cuando mi actitud o mis palabras resuenan en los demás haciéndolos reír. Salvo cuando estoy tratando de seducir a una mina que me gusta, y sólo la hago reír pero no logro avanzar más allá:

-“Boludo, ¡no sabés qué bien la pasé con Tatiana! Estuvimos tomando cerveza en un bar de Palermo casi toda la noche. Después se fue porque le llegó un mensaje de Whatsapp del personal trainer. Yo ni me preocupé porque seguro que en plena garchada furiosa con ese gil iba a pensar en lo extraordinariamente gracioso que soy. ¡Tomá para vos bobina: tendrás muchos abdominales pero la minita conmigo se muere de risa!”

Cuando aplicamos el sentido del humor para seducir, nos movemos en un terreno resbaladizo: si somos rechazados, el rechazo se vuelve más leve; pero también ofrecemos una vía de escape para que la mina no nos termine de tomar en serio cuando le tiramos los perros:

-"Jajaja, tonto. ¡Sos un loco lindo!"

-"Jajaja, sí. ¿Querés ir a mi departamento a mirar si el cactus que me compré necesita agua?"

-"Jajaja, ¡cómo me hacés reír Rodrigo! .

-"Jeje, gracias. ¿Pero vamos a ir a mi departamento o preferís que nos quedemos charlando sobre el lanzamiento de la cuarta temporada de La Casa de Papel hasta las 5 de la mañana?"

Vivir es una experiencia más cercana a lo doloroso que a lo gratificante, y por eso el humor es también un escape, una forma de reírse de lo que más nos angustia. Hacemos chistes sobre la muerte porque en rigor estamos cagados de miedo.

Uno con el humor de algún modo denuncia un mundo que tiene mucho de estafa, y por eso se burla del poder, de la estupidez, de la autoridad… Y también existe el ritual del juego, como decía Capusotto en ésta entrevista con Gastón Pauls: “uno también se siente como alguien que está hinchando las pelotas en el recreo”.

Al mirar algunas películas de los hermanos Coen, como The Big Lebowsky, nos podemos imaginar a dos tipos en modo marihuana maquinando situaciones disparatadas y riéndose como cuando eran nenes.

Lo que intento sugerir es que el sentido del humor puede ser una forma de la inteligencia, pero también la risa nos provoca cierto estado de estupidez. A veces nos reímos como niños, y nos olvidamos por un rato toda responsabilidad inherente a la vida adulta.

Eso es todo por hoy. ¡Cuídense y sean felices! Un abrazo,

Rodrigo

3 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Ya sé que me fui a la re mierda con el chiste del bebé. Pasa que estoy aburrido... "¡No me peguen, soy Giordano!", decía Giordano mientras los barrabravas de River pensaban "uh, ahora que me enteré que este bostero es un peluquero famoso, le pego más juérte".

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  2. ¡jajajaja!
    ¡Te lo tomaste en serio!

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