sábado, 8 de noviembre de 2014

LA TEMPORALIDAD DEL PERIODISMO

Nuestra mirada no puede detenerse a mirar fijamente ni al sol ni a la muerte. Le soleil ni la mort ne se peuvent regarder fixement, ha dicho La Rochefoucauld.

Toda obra de arte auténtica es, en cierto modo, una apuesta por la inmortalidad, por la trascendencia: el dur désir de durer -"duro deseo de durar"- al que se refería Paul Eluard.

El hombre es el único animal que realiza creaciones estéticas porque es el único que sabe su muerte. La medicina, el derecho, las ciencias, la filosofía, el arte, en cierto modo se originan en nuestro afán por negar la muerte. La muerte es silencio absoluto, por eso me gusta comunicarme; la muerte es pobreza, por eso aspiro a ganar dinero; la muerte es pérdida del recuerdo, de ahí viene la valoración de la memoria; la muerte es insensibilidad, y por eso yo quiero sentir.

Añadiría que no sólo somos conscientes de la finitud de nuestra vida, sino que hoy además sabemos que el sol es una estrella que tiene fecha de caducidad: en un determinado número de años, de todos nuestros sueños, creaciones, gestos altruistas, amores y miedos, no quedará ni el recuerdo.

En fin, hoy tenía ganas de citar un fragmento de Presencias Reales, de George Steiner:

"El genio de la época es el periodismo. El periodismo llena cada grieta y cada fisura de nuestra conciencia. Y es que la prensa y los medios de comunicación son mucho más que un instrumento técnico y una empresa comercial. La fenomenología basal de lo periodístico es, en cierto sentido, metafísica. Articula una epistemología y una ética de una temporalidad espuria. La presentación periodística genera una temporalidad de una instantaneidad igualadora. todas las cosas tienen más o menos la misma importancia; todas son sólo diarias. En correspondencia con ello, el contenido, la posible importancia del material que comunica el periodismo se 'saldan' al día siguiente. La visión periodística saca punta a cada acontecimiento, cada configuración individual y social para producir el máximo impacto; pero lo hace de manera uniforme. La enormidad política y el circo, los saltos de la ciencia y los del atleta, el apocalipsis y la indigestión, reciben el mismo tratamiento. Paradójicamente, este tono único de urgencia gráfica resulta anestesiante. La belleza o el terror supremos son desmenuzados al final del día. Nos reponemos y, expectantes, aguardamos la edición de mañana".



1 comentario:

  1. En otro momento, con algo más de tiempo y menos de sueño, me gustaría comentar de modo un poco más detallado algunas cuestiones acerca de la lectura de los clásicos.

    ResponderBorrar